La desaladora de Escombreras solo tiene en funcionamiento tres de las siete líneas de tratamiento del agua del mar que posee la planta, según aseguró ayer el diputado del PSOE Jesús Navarro. El parlamentario socialista explicó que, tras el despido de casi la mitad de la plantilla, la producción de la desaladora se ha reducido a 25.000 metros cúbicos diarios, cuando el máximo está en 65.000. De acuerdo con los cálculos de Navarro, la planta no podrá superar este año los nueve hectómetros cúbicos, a pesar de que está diseñada para producir hasta 22.

Navarro añadió que también hay deficiencias en los sistemas de filtrado del agua. «Por eso, nos opondremos a la compra hasta disponer de informes técnicos».

Por su parte, el diputado de Podemos Antonio Urbina dijo que «el draconiano contrato que firmó el ejecutivo del PP con empresas del grupo ACS impide que se pueda obtener la propiedad de la desaladora hasta que no hayamos pagado el último euro de los casi 600 millones a los que nos obligan los compromisos de pago asumidos por la Comunidad. La desaladora de Escombreras está pagada y exigimos al Gobierno regional que reclame su propiedad», reclamó.

El portavoz de Ciudadanos, Miguel Sánchez, advirtió de que «la desaladora nos cuesta a los murcianos más de 70.000 euros diarios». Criticó que el Gobierno regional «hiciera caso omiso a los informes que aconsejaban la disolución de la sociedad Desaladora de Escombreras». El diputado del PP Juan Luis Pedreño defendió la actuación del Gobierno regional y aseguró que «no hay nada que tapar ni nada que esconder».