Es la cabeza visible de un organismo del que forman parte casi 7.000 facultativos, que esperan el mejor servicio por unos 200 euros al año, responsabilidad civil aparte. Isabel Montoya, especialista en pediatría, destaca que el Colegio no recibe ninguna subvención y su objetivo principal es lograr el control de la profesión y el deontológico.

Cuatro años más y serán los últimos al frente del Colegio de Médicos. ¿Qué retos le aguardan en esta última etapa?

Lo primero es hacer una renovación estatutaria para adaptarnos a la nueva ley de colegios profesionales que está a punto de publicarse y hacer a la organización más ágil y más transparente, que no más democrática. Las nuevas tecnologías nos exigen una adaptación en las formas al dirigirnos a nuestros colegiados; y también hay que renovar las vocalías hacia las necesidades actuales.

¿Y las novedades programáticas?

Debemos actualizar la base de datos; mantener los niveles de calidad y las auditorías económicamicas anuales; encuentros con nuestros colegiados, bienvenidas a losjóvenes... Son en total 52 objetivos, algunos de seguimiento y otros nuevos. En la anterior etapa teníamos 40.

Próximamente el Patronato de huérfanos del Colegio cumplirá su centenario.

Es algo de lo que estamos muy orgullosos y que se sustenta gracias a una cuota voluntaria de los colegiados. Empezó para ayudar a las viudas y huérfanos de los médicos que murieron al atender a los enfermos durante la epidemia de la gripe de 1918. Ahora ha evolucionado y los fondos se utilizan, además de para ayudar a huérfanos, para padres de médicos con dependencia, a hijos de médicos menores de 16 años con discapacidad, se ofrece atención a domicilio... No hay ninguna otra fundación con esta antigüedad y sin ninguna mancha en su haber.

La administración regional sanitaria, al menos en el caso de Enfermería, no es muy tajante a la hora de permitir el ejercicio profesional sin estar colegiado.¿Tienen ustedes el mismo problema?

Es una lucha de siempre del Colegio, evitar que se trabaje sin estar colegiado. Y así lo ha dicho el Tribunal Constitucional en varias sentencias. La colegiación es obligatoria para todos los médicos que tienen un ejercicio clínico. No así si es solo docente. Es un tema que le hemos planteado a tres consejeros distintos, pero seguimos manteniendo una diferencia de criterio con los servicios jurídicos de la consejería de Sanidad. Cuando un médico residente acude a su puesto, dependiendo de la Unidad se les pide la colegiación. Esto no pasa en otros territorios de España. En esto somos muy firmes, ya que la colegiación es una garantía para el paciente sin ningún coste. Nosotros nos aseguramos de que quien dice ser, por ejemplo, endocrinólogo, lo es.

¿Han llevado algún caso de intrusismo a los tribunales?

En el pasado mandato denunciamos dos casos de intrusismo de personas que decían ser médicos de familia y no lo eran. Uno fue especialmente curioso. Se trata de un varón al que ya habíamos denunciado por falsedad documental y que fue condenado, al presentar un título que era falso. Y tiempo después nos enteramos de que estaba ejerciendo, y había sido contratado por el Servicio Murciano de Salud. El caso está pendiente de sentencia.

¿Cómo describiría la relación del Colegio con la Consejería?

Como con todo, tenemos temas pendientes que hay que hablar a fondo. Por ejemplo, en el caso de la colegiación obligatoria, si persisten los diferentes criterios jurídicos tendremos que ir a donde se dirimen; es decir, a los tribunales.

Ustedes defendieron el real decreto de prescripción médica para evitar otro tipo de intrusismo.

Una medicación que necesita prescripcion médica siempre debe estar prescrita por un médico; hay que hacer hincapié en esto para evitar que se vendan en las farmacias sin esa receta, por el bien de la población. Todos los colectivos deben cumplir la ley: los médicos, los pacientes y los farmacéuticos. El principio debe ser que quien prescribe no dispensa y viceversa. Si se cumple, se mejorará en los efectos indeseables de los medicamentos; y, también de manera muy importante, se puede ahorrar mucho en el gasto farmacéutico.

Y mucho se ha dicho sobre la prescripción enfermera...

Una precisión. No es un decreto de prescripción sino de indicación. E insistimos en nuestro argumento:

Quien quiera prescribir como un médico, que estudie Medicina. El medicamento va ligado a un diagnóstico, que lo hace un facultativo.

La Consejería está intentando sacar adelante un Pacto por la Sanidad en la Región, ajeno a las disputas políticas. ¿Podrá contar con ustedes?

No podemos estar más de acuerdo con el enunciado, pero haciendo uso de una frase que he oído, debo decir que hay que huir de las ideologías, y aferrarnos a los principios. Las primeras las sostenemos nosotros; los segundos nos sostienen a nosotros. Ante todo, no es verdad que los profesionales de la Sanidad seamos poco eficientes, aunque siempre podemos mejorar. Y además, cada vez cuesta menos.

¿Más por menos, dónde? Si la Consejería quiere escuchar que lo haga de forma pausada y dando tiempo. Nosotros estamos dispuestos a colaborar, como siempre. La Sanidad no sólo la pueden hacer los médicos, pero no se puede hacer sin un médico. No reconocerle su lugar, su liderazgo y su capacidad de tirar de un proyecto es equivocarse.