¿Qué ha supuesto la publicación de los papeles de Panamá?

Hay varias cosas a tener en cuenta. Lo primero, hay que felicitarse de que el periodismo siga haciendo periodismo, contando la verdad por encima de los poderes establecidos, dar información con los parámetros de rigor, solvencia y responsabilidad que son necesarios. Hemos hecho periodismo. Pero la parte preocupante, lo paradójico, es que esto lo haya tenido de desvelar el periodismo y no los Gobiernos. ¿Tan supeditados están al 'establishment' que no pueden desarrollar políticas para prevenir y evitar estas actividades que al final son perjudiciales para los propios Gobiernos? En resumen, tenemos que felicitarnos de que el periodismo exista y cumpla su papel, algo que ha estado cuestionado en los últimos años, pero a la vez tenemos que preocuparnos por el hecho de que tenga que ser el periodismo y no los poderes públicos el que revele y denuncie este tipo de prácticas.

Respetando siempre el secreto profesional, ¿cómo se gestó la exclusiva y cómo llegó a 'El Confidencial'?

Esto viene del Consorcio de Periodistas de Investigación, que son un grupo de periodistas de datos que chequean una serie de información que llega a su poder y trata de identificar prácticas irregulares que sean contrastables. Esto llega por parte de una fuente a un periódico alemán, que recibe 12 millones de documentos y es incapaz de procesarlos por sí solo. Llama al Consorcio de Investigación, que elige a 'El Confidencia' y a 'La Sexta' para desarrollar el trabajo en España. Nos eligieron no porque seamos los más listos, no somos tan arrogantes, sino porque apostamos en su momento por el consorcio, cuando otros medios señeros de España, que ahora amenazan con demandarnos, no lo hicieron. A partir de ahí, nosotros, con un equipo de profesionales, nos pusimos a trabajar. Hemos publicado algunas informaciones manera armónica con otros medios, pero de manera diferenciada con los aspectos españoles.

¿Han sido muchas las presiones recibidas desde que empezaron a publicar la información?

Muchas. No hay que olvidar que los papeles de Panamá han logrado que un ministro del Gobierno de España tenga que dimitir. Cuando llamábamos a los afectados, siempre daban los mismos argumentos: el 'yo pasaba por ahí', el 'estaba asociado en actividad', que es lo que parece que ocurría con Soria, y el 'me engañaron mis asesores'. El establishment ha intentado jugar sus bazas. Nos han amenazado muchas veces con demandarnos, pero no lo han hecho porque todo estaba perfectamente documentado. Hemos investigado mucho y hablado con nuestros abogados para que la información cumpliera los parámetros de la legalidad. Ahora, ya se ha publicado la lista completa y el trabajo se abre a todos los periodistas del mundo, para que sepan investigar.

El suyo es uno de los medios digitales con más éxito. ¿Por dónde pasa el futuro del periodismo?

Nosotros apoyamos la máxima de que 'si no hay chicha, no hay dicha'. Es una manera muy cutre de resumir una filosofía de que nosotros trabajamos con una materia prima que es la información. El pasado año incorporamos a 30 personas, y tenemos ya una plantilla de 130 personas. Nosotros siempre decimos que tenemos que publicar lo que no llevan porque no se enteran, publicar lo que los demás llevan de manera distinta. Y tercero, que es la clave, publicar lo que los demás no publican porque no se atreven.