Koro Castellano, la directiva de Amazon que procede del Periodismo y empezó su carrera como becaria de Diario 16, recordó durante su intervención en e-Woman las vivencias infantiles de cuando leía a escondidas bajo las sábanas alumbrándose con una linterna, porque compartía habitación con su hermana, que no le dejaba tener la luz encendida. Ahora la compañía en la que trabaja tiene un catálogo integrado por 125 millones de productos diferentes, que incluyen 36 millones de libros físicos y cuatro millones de libros digitales.

¿Ha cambiado su relación con los libros en el formato electrónico después de haber leído con la luz de su linterna?

Es un formato diferente, pero yo sigo leyendo en la cama todas las noches. Lo que pasa es que ahora disfruto muchísimo de saber lo que son las palabras. Hay cosas diferentes, como el hecho de que la luz esté integrada, que me hacen la lectura más fácil.

¿Con el libro tangible y el digital hay una relación emocional diferente?

Esto es muy personal, pero depende sobre todo del género. Los lectores de novelas normalmente se pasan al digital mucho más rápidamente. Los libros de cocina o con muchas fotografías normalmente se siguen leyendo en papel, pero depende de las vivencias personales.

¿Existe alguna explicación que justifique esas preferencias?

No. Creo que los criterios son totalmente personales. He puesto el ejemplo de los libros de cocina, porque yo, por ejemplo, tengo libros de cocina en el Kindle, pero también los tengo en papel y los uso en las dos modalidades, aunque a lo mejor hay gente que te cuenta otra cosa. Lo de los lectores híbridos es muy importante, porque al final lo que tenemos que dar es la posibilidad de que cada uno elija el formato que quiera en cada momento. Esto no es una cuestión religiosa. Eso es lo maravilloso, que puedes elegir. Lo que sí sabemos es que las mujeres somos unas grandes lectoras, leemos más que los hombres. Cualquier estudio oficial va a decir que de cada cien personas que leen, el 60% son mujeres.

¿Y qué es lo que más se lee?

Los géneros que más se leen no son los mismos en todos los países. En España los más populares son novela histórica, misterio, tráiler, y novela romántica. Sin embargo, en Latinoamérica, donde también leen en castellano, predominan los temas de autoayuda, religión, salud y el romántico, por supuesto. Cincuenta sombras de Grey vendió mucho más en libros digitales que físicos»

¿Cómo recuerda usted la época en la que el libro era el único entretenimiento al que se podía recurrir a cualquier hora del día?

Yo leía muchísimo. He tenido la suerte de ser de familia numerosa y me peleaba con mis hermanos o leía, no había otra opción. Eso ya no existe, pero no por el libro electrónico: no existe porque hay un montón de alternativas de ocio digital. Ahora todos los niños tienen acceso a un montón de máquinas, que si la PlayStation, las películas Internet, los ordenadores... Ya no nos aburrimos. Nosotros hemos vivido una época en la que te peleabas con tus hermanos o leías o ibas al parque a que te abrieran la cabeza. Eso ya no es así. Hay pocos niños que vayan al parque, hay muchos más que se quedan en casa jugando con las máquinas. Para mí el reto está en que esos niños lean. Yo creo que los niños tienen que seguir saliendo al parque, pero en cualquier caso, que lean, que se formen, que aprendan. Hay muchos juegos que son educativos, no quiero decir que solo lo sean los libros, pero creo que el entretenimiento debería ser educativo, no solo entretenimiento. Y los libros juegan un papel fundamental.

Pero ese tipo de juegos basados en imágenes visuales exigen menos concentración que la lectura. ¿Cómo se les podría inculcar el placer de leer ?

Nosotros, por ejemplo, tenemos una funcionalidad llamada 'Kindle tiempo libre', que está enfocada precisamente a esto: cómo hacer que los niños se enamoren y disfruten leyendo. Tienes que conseguir que les resulte algo atractivo. Para convertir la lectura en un juego esta aplicación lo que te permite es que les vayas poniendo retos a medida que leen, y a medida que los van cumpliendo, les vas dando premios. Pueden ponerse como objetivo leer una página al día o un capítulo a la semana e incluso establecer competiciones con sus hermanos o con sus primos, de manera que la lectura se convierte en algo más.

¿Cree que en algún momento España dejará de ser uno de los países en los que más se practica la piratería digital?

Es una cuestión cultural en la que los gobiernos de los países tienen que tomar acciones. Nosotros respetamos los derechos de la propiedad intelectual y esperamos que nuestros clientes los respeten también. Dentro de nuestro ámbito de actuación lo que tenemos que conseguir es que los libros estén digitalizados; es decir, si yo estoy buscando un libro en versión digital y lo quiero en versión digital, si no soy capaz de encontrarlo legalmente, me lo voy a bajar pirata. Eso no puede ser, tengo que tener la opción de comprarlo. La segunda cuestión es el precio. Si encuentro el libro que estoy buscando, pero vale lo mismo que el libro de papel o incluso más, porque hay casos excepcionales en los que puede ocurrir, evidentemente no me lo voy a comprar.

Pero los libros digitales son más baratos.

En general son entre un 30% y un 50% más baratos que los libros físicos. De hecho, el 50% de los libros que tenemos en Kindle en España, que son más de 175.000, valen menos de 5,95 euros; es decir, los libros digitales no son caros, son baratos. Hay una tercera cosa muy importante, que la experiencia de compra y de lectura sea lo más agradecida y lo más rápida posible. Si yo con un solo clic tengo acceso al libro que estoy buscando y en menos de 60 segundos puedo empezar a leerlo, eso es imbatible.

Después de haber trabajado mucho tiempo como periodista en diarios de papel, ¿cómo ha vivido su tranformación al medio digital?

Creo que el formato no es lo importante y hay que perderle el miedo. Veo a mucha gente que delante de un ordenador se bloquea, pero creo que es miedo escénico; dentro de un ordenador hay lo mismo que fuera en papel, solo que tiene otra pinta, otro aspecto, pero es lo mismo. Cada medio tiene su lenguaje y sus herramientas, pero lo importante en el fondo es el contenido.

Alguien contó hace poco en otro debate sobre comercio digital que una empresa murciana vende jamones a través de Amazon. Da la sensación de que es un canal abierto a todas las posibilidades de mercado.

Lo que sí intentamos es pensar permanentemente en el consumidor. Todo lo que hacemos está encaminado a eso. Si nuestros clientes leen, les ofreceremos libros, pero si piden otro tipo de productos, intentaremos ofrecérselos también.

¿Sabe cuales son las profesiones especializadas que demanda la era digital?

Cuando era pequeña en mi calle había un sereno que te abría la puerta cuando llegabas por la noche y un señor que traía el carbón. Ahora no hay serenos ni señores que te traen el carbón, pero hay gente que se dedica al 'seo', al lanzamiento de tráfico, a las redes sociales, al manejo de los stocks y a nuevas ideas tecnológicas, pero eso es el signo de los tiempos. Al final, no todo es para siempre. La sociedad va evolucionando. En este momento tenemos 80 puestos de trabajo sin cubrir.

¿Qué clase de puestos?

Por ejemplo, director de experiencia de entrega, responsable de autopublicaciones o arquitecto de soluciones. Lo importante de estos puestos no es su nomenclatura, sino que todo gira en torno a mejorar la experiencia del cliente y a que encuentre lo que están buscando para que le resulte lo más fácil posible. Hace poco hemos celebrado el 'Abuelos day' para enseñarles lo que hacemos a los abuelos de nuestros empleados, porque no saben a qué nos dedicamos. Organizamos una visita y se apuntaron. Se les explicó cómo funciona una empresa en Internet y qué significan los nombres de los puestos de trabajo que tienen sus nietos para que lo entiendan. Fue una experiencia genial. Fueron mi madre y mi hermana, que estaban impresionadas por la cantidad de productos que hay, eso de que le des a un botón, encuentres todo lo que buscas y lo tengas en casa en menos de 24 horas. Ver las tripas de cómo funciona todo esto era lo más fascinante.