Preside desde hace dos años la cooperativa de segundo grado Anecoop, encargada de comercializar los productos agrícolas -frutas y hortalizas frescas y vino- de cooperativas de Cataluña, Levante, Andalucía, Extremadura, Castilla y León, Navarra y Aragón. Alejandro Monzón estuvo ayer en Murcia con sus socios de la Región, celebrando los cuarenta años de la comercializadora.

Celebran 40 años. ¿Qué queda del primer proyecto?

Nació con el objetivo de sacar los productos de las cooperativas al exterior, puesto que no eran capaces de comercializar sus productos en terceros países, sobre todo al Este de Europa. Entonces había muchas trabas y la única salida era juntar grandes cantidades y variedad de productos. Se comenzó con los cítricos y con los años se incorporaron hortalizas, frutas y mas recientemente los vinos. Empezamos con 150 cooperativas y hoy somos 69, aunque facturamos muchísimo más.

¿Qué porcentaje comercializan ustedes?

Empezamos con un 10% de la producción de las cooperativas y ya rondamos el 40-50% . Incluso de algunas tenemos el 100% de su producción. La primera cooperativa de Anecoop es la murciana Alimer, de ahí la importancia de esta zona.

Ustedes empezaron comercializando sólo para los mercasos exteriores, ¿sigue así?

Efectivamente, Anecoop tenía prohibido comercializar productos para el mercado nacional, porque, al tenerlo más cerca, las cooperativas se venían capaces de hacerlo. Pero con la entrada de las grandes cadenas en España, éstas pedían que fuera Anecoop las que les sirviera tanto en Europa como aquí. Pero el 90% de nuestra producción sigue saliendo fuera.

¿Qué facturación tienen ustedes al año?

Tenemos oficinas en Murcia, Almería, Sevilla y Valle del Ebro. En éstas, en total estamos en 570 millones de euros y 750.000 toneladas. Pero si juntamos las filiales que tenemos por Europa, como Francia, Polonia, Chequia, Rusia, Holanda o Inglaterra, sería más, hasta 750 millones de euros.

Antes ha comentado que empezaron siendo 150 y ahora son 69, pero son más fuertes. ¿Se debe ir más a la fusión?

Evidentemente. Las grandes cadenas, que son las que nos compran, están concentradas. Pero las cooperativas seguimos muy dispersas y muy independientes. Si no llegamos a concentrarnos más, será más difícil hablar de tú a tú con los compradores y los precios serán más bajos. En Murcia tenemos un ejemplo a seguir en Alimer, que ha logrado importantes fusiones. Y nosotros, como cooperativas de segundo grado, no sólo somos un agente distribuidor, nos sentimos parte de ellas.

¿Qué importancia le dan a la investigación?

Mucha. Por eso es también importante lograr una mayor concentración de las cooperativas. Al tener la producción, podemos invertir más en investigación y desarrollo. De hecho, tenemos campos de experiencias en Almería y Valencia, donde colaboramos con la universidad para sacar nuevas variedades, como hicimos con la sandía sin pepitas, y otros proyectos que llevamos entre maanos. A una cooperativa sola le sería muy difícil hacerlo.

Ante las negociaciones del acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, ¿tienen algunas postura clara?

Hay mucha incertidumbre. Y lo cierto es que tanto Europa como Estados Unidos están perdiendo base comercial en favor de Asia y otros destinos y quieren reforzar su presencia con el TTIP. Pero si no se hace bien, Estados Unidos es un gigante en cuanto a la producción y no sabemos lo que pueda pasar. Y no ayuda nada la falta de información.