­Iván Cañas Pérez es un joven de 17 años natural de Lorquí al que le encanta la política. Está afiliado a Juventudes Socialistas y, como se puede ver en la fotografía que acompaña esta noticia, votó en la consulta a la militancia que el PSOE llevó a cabo para que sus bases ratificaran su acuerdo con Ciudadanos, aunque él no termina de ver eso de que su partido pacte con una formación de centro derecha. En cambio, este estudiante de 2º de Bachiller, que quiere empezar Ciencias Políticas el curso que viene, todavía no ha podido votar en unas elecciones. Tampoco lo hará si se celebran nuevos comicios el 26 de junio, pues alcanza la mayoría de edad el 5 de septiembre.

A Iván le parece muy positiva la propuesta que se aprobó la pasada semana en el Congreso de los Diputados para rebajar la edad mínima exigida para ejercer el sufragio. «La sociedad avanza poco a poco y debería haber cambios en ese sentido. Si una persona de 16 ó 17 años puede acceder al mercado laboral, ¿por qué no puede elegir qué política laboral quiere que haga el Gobierno de su país? ¿Y la política educativa, y la política de becas?», se pregunta este joven ilorcitano, que confiesa que le gustaría orientar su carrera profesional hacia el mundo de los medios de comunicación.

Pese a que todavía no ha podido votar, Iván Cañas ya lleva dos elecciones a sus espaldas. Ha colaborado intensamente en las campañas de las municipales de mayo y, sobre todo, las pasadas elecciones generales de diciembre, donde llegó a ser interventor del PSOE en las mesas en la jornada electoral. «Me dio mucha rabia no poder votar», reconoce.

Está seguro de que cada vez los jóvenes son más maduros y están preparados para tomar decisiones políticas. «Yo tengo muy claro cuál es mi ideología y tengo clarísimo a quién votaría, y creo que la mayoría de jóvenes de mi edad también lo están. La crisis ha servido para encauzar a los jóvenes hacia la política y para humanizar las personas. Rebajando la edad necesaria para votar, se combatiría la desafección de los jóvenes hacia la política», concluye