Amelia Corominas ha sido reelegida presidenta del Colegio de Enfermería de la Región de Murcia para los próximos cuatro años, sin que se haya presentado otra candidatura. Desde que accediera por primera vez a este puesto ha logrado sanear las cuentas de un Colegio que había sido intervenido por el Consejo General de Enfermería de España, al que debía 250.000 euros. A esta cantidad había que añadirle la hipoteca de la sede de Cartagena, con lo que en 2012 tenía un ‘agujero’ de 330.000 euros. A finales de 2015, ya estaba todo pagado y las cuentas arrojan un saldo positivo de 300.000 euros.

¿Cuál es la receta para pasar de deber 330.000 euros a tener un superávit de otros 300.000 en cuatro años y además en años de crisis económica?

Pues racionalizando gastos, revisando uno por uno todos los contratos y ahorrando. Por ejemplo, hemos recortado en un 50 por ciento la dieta por asistir a las Juntas del Colegio. Y además sin incrementar la cuota de nuestros colegiados, que siguen pagando 206 euros al año en cuatro plazos, y si están en paro, 120 euros. Pero les ofrecemos los mismos servicios.

¿Cuántos colegiados tiene?

Casi seis mil. La colegiación es obligatoria para poder ejercer la profesión. Sin embargo, sabemos que hay más enfermeras en la Región y que no están colegiadas; calculamos que son unas dos mil más.

Son muchas. Es de suponer que están en el paro.

No, porque el Servicio Murciano de Salud (SMS) no exige la colegiación a la hora de contratar a una enfermera. En este punto está incumpliendo su propia ley de Colegios Profesionales de 2012.

He leído recientemente, referente a esta profesión: «La enfermería tiene que conocer su origen y desarrollo para reflexionar sobre su futuro». ¿Lo comparte?

Totalmente. Muchas veces estamos tan inmersos en el día a día que no nos damos cuenta de todo lo que se ha conseguido en poco tiempo. Nosotros por ejemplo, en pocos años hemos pasado de ser una profesión no reglada a ser un grado universitario, con siete especialidades y en el que te puedes doctorar e incluso realizar un máster.

En el tema de la especialidad se acaba de dar un paso importante en la Asamblea regional para que el SMS no cubra según qué puestos con enfermeras generalistas, como en el caso de las matronas.

Ha sido un logro muy importante. Ahora falta que el SMS lo materialice. Una de nuestras líneas de trabajo es que se le dé el mismo valor a las especialidades enfermeras que a las médicas. Hay que aprovechar sus conocimientos y formación específicos. El SMS debe crear esas plazas de trabajo especializadas. Hemos tenido suerte de que no haya mayorías absolutas.

Les he oído también reivindicar a la enfermera escolar.

Es que esta figura puede ser muy importante a la hora de la prevención de enfermedades, del acoso escolar, de las drogodependencias, de los embarazos no deseados... Y no sólo debe quedarse en la atención a escolares que son enfermos crónicos, que es lo que está en marcha como proyecto piloto en la Región. Está demostrado que se ahorra mucho en gasto sanitario.

La ratio médico/enfermero en la Región está uno a uno. ¿Cree que es la ideal?

No, si lo que queremos es mejorar la atención y la seguridad del paciente. En Europa están a casi tres enfermeras por médico. Lamentablemente, aquí la atención sanitaria está excesivamente medicalizada. Y para atender a los enfermos crónicos y hacer prevención lo que se necesitan son enfermeras. Pero no digo que sobren médicos. Y un dato más: en cuatro años y con dos hospitales nuevos abiertos sólo se ha incrementado la plantilla en cuatro enfermeras.

Hace unos días los médicos de Atención Primaria denunciaron que el SMS no sustituye a los médicos de baja o que están ausentes y que su trabajo lo cubren los otros compañeros. ¿Tienen las enfermeras el mismo problema?

En Atención Primaria hay otros problemas. Hay centros de salud en los que una enfermera atiende un cupo de población y en otros dos. No está unificado en toda la Región. En verano, a los médicos en vacaciones o los sustituyen o el compañero asume su cupo y le pagan extra por ello; pero haciendo trabajo en su misma jornada laboral. Pero a las enfermeras no les gratifican. Es decir, hay un trato totalmente desigual de la Administración hacia nuestro colectivo.

¿Y qué piden en este punto?

No queremos que nos paguen más, sino que nos sustituyan por otro profesional, para ganar en calidad asistencial y no tener a gente quemada.