Pedro Antonio Sánchez y Ximo Puig, presidentes del Gobierno murciano y de la Generalitat valenciana, respectivamente, también se han conjurado en defensa del trasvase Tajo-Segura. Sánchez y Puig consideran que el Acueducto «está protegido por ley», pero aspiran a terminar con las constantes guerras del agua con Castilla-La Mancha. «Somos gente de paz y acuerdo y poco guerreras», explicó Ximo Puig, quién destacó que el agua no puede ser objeto de confrontación y que el trasvase del Tajo es un instrumento «fundamental que vamos a defender y que queremos que continúe. Queremos agua de calidad y para siempre y no posiciones fresquistas», manifestó.

El presidente valenciano reconoció las discrepancias con su homólogo castellano-manchego, el también socialista Emiliano García-Page. Sobre la posibilidad de plantearse nuevos trasvases para completar el déficit del Segura prefirió no pronunciarse, apostando por «el mantenimiento del actual. Nosotros no tenemos ninguna posición dogmática a este respecto, y solo queremos agua de calidad y para siempre, de forma concertada».

Puig mostró su interés por conseguir en la Comunidad Valenciana un desarrollo de la depuración como el que tiene Murcia.

Por su parte, el presidente del Ejecutivo murciano explicó que ambas comunidades mantendrán la defensa del trasvase Tajo-Segura con «firmeza, rotundidad y claridad». Aunque recordó que «está protegido por ley», aseguró que «vamos a estar vigilantes». Sánchez se mostró abierto a negociar «un gran pacto nacional del agua que acabe con los problemas del déficit».