No podrán acercarse a menos de 300 metros de la compañera de clase a la que están acusados de haber vejado durante meses. Así se contempla en las medidas cautelares que se han impuesto a tres adolescentes, de 14 y 15 años de edad, a quienes la Fiscalía de Menores investiga porque están acusados de abusar sexualmente de otra adolescente, de 15 años, con la que compartían centro educativo en Molina de Segura.

Esta medida significa que la pequeña podrá volver a clase. No lo hacía desde hace un tiempo porque uno de sus presuntos agresores continuaba en el mismo centro educativo, por decisión de la dirección de este colegio.

Desde la consejería de Educación, que dirige Mª Isabel Sánchez-Mora, confirmaban hace unos días a LA OPINIÓN que dos de los menores acusados fueron cambiados de colegio. Al tercero, se le notificó la expulsión durante un mes. Ante esta decisión, «la Consejería no puede hacer nada», aseveraron las fuentes, ya que es la directora «la que tiene las competencias de las medidas».

Desde la investigación apuntaron entonces que ocurre que este chico, el que aún seguía yendo al mismo instituto, fue, en tiempos, también víctima, en este caso de acoso escolar, y que esta circunstancia habría influido a la hora de concretar qué sanción se le imponía en este asunto.

Con la adopción de las medidas cautelares, el adolescente se ve obligado a dejar el centro. Fuentes cercanas informaron de que esto supone un alivio tanto para la víctima como para su familia, ya que la pequeña podrá retomar sus clases y terminar el curso, al que apenas le quedan dos meses, con normalidad.

No obstante, las mismas fuentes detallan que la familia de la víctima tiene pensado buscar otro centro escolar de cara al curso que viene. Un centro, de hecho, fuera del municipio de Molina de Segura, dado que en otros colegios de esta localidad están cursando estudios ahora los dos chicos que ya fueron expulsados al destaparse este escándalo.

Sin embargo, la familia de uno de los alumnos, precisamente el que aún va a clase en el mismo instituto, ha recurrido la orden de alejamiento, con el fin de poder continuar en el mismo centro, al menos hasta la finalización del curso 2015-2016.

Meses de vejaciones

Independientemente de las medidas que el centro escolar adopte en casos tanto de acoso como de abusos, la Fiscalía de Menores continúa con sus investigaciones.

Los tres implicados declaraban el pasado jueves por la mañana en las dependencias de este departamento, en la Ciudad de la Justicia de la capital murciana. En un primer momento se barajó la idea de que la víctima también prestase declaración ese mismo día, pero finalmente no fue así, con el fin de que la pequeña no tuviese que coincidir con los tres acusados de abusar de ella.

Cuando la adolescente tuvo el valor de contar a su madre qué le estaba pasando en clase, la mujer puso el caso en manos del antiguo Grupo de Menores (Grume) de la Policía Nacional. Habrían pasado ya meses de una situación que, según se investiga, sería constitutiva de un delito de abusos sexuales, contra la integridad moral o de vejaciones injustas, del que serían, presuntamente, responsables sus tres compañeros.