Los murcianos no hablamos mal. Tenemos acento. Ya sea por las ausencias finales de eses y erres o por el exagerado uso del '-ico', los murcianos llevamos con orgullo y dignidad lo que para el resto de España puede ser motivo de cachondeo. Y ahora eso lo sabe Israel Box mejor que nadie.

Todo empezó durante una clase de Inglés en la Escuela Oficial de Idiomas. Aquel día Israel llegaba al aula con el cerebro algo más reblandecido de lo normal y aprenderse los complicados phrasal verbs iba a serle más duro que de costumbre.

Israel, gracias a su particular sentido del humor y al aburrimiento exasperante de aquella clase, comenzó a traducir esas mismas frases en inglés al murciano como regla mnemotécnica para que los conceptos se le quedaran grabados con mayor facilidad.

Y así, de sus apuntes de Inglés nació el prototraductor murciano. «Lo que empezó siendo algo divertido para ayudarme a aprender, acabó por ser algo útil para el resto de mis compañeros de clase, quienes comenzaron a pedirme los apuntes por la facilidad con la que recordaban luego los conceptos», recuerda Israel.

Profesor de educación infantil para sobrevivir y humorista para vivir. Este archenero tuitea unas cuatro veces a la semana, y aunque ya no recuerda cuál fue el primer tuit que tuvo mayor acogida entre su público, si que recuerda que fue en las navidades pasadas cuando comenzó a hacerse viral por WhatsApp junto al empujón que resultó que famosos murcianos como Ruth Lorenzo o Xuso Jones retuitearan sus traducciones.

«Mi fuente de inspiración es la gente, ahora incluso cuando voy en el autobús no puedo evitar ir escuchando a quien tenga alrededor para coger ideas. Mi RAE es la señora del ambulatorio haciendo cola. Lo difícil es coger luego ese 'se ha esnuclao' y darle una acepción castellana que esté a la altura y resulte igual de graciosa», cuenta Israel entre risas.

La autoparodia es necesaria para quitarle a los demás la potestad de reírse de ti. Y si algo compartimos todos, es la idea de que la lengua murciana, además de tosca, también es genuina, y eso, junto a la inherente gracia que tenemos a la hora de relacionarnos, lo que hace de los murcianos los únicos capaces de reírnos de nosotros mismos a nivel nacional.

El catalán pocas veces se ríe si le llaman tacaño, y el andaluz todavía menos cuando le llaman vago. Al murciano sin embargo le importa un comino lo que puedan decir de él porque seguramente se reirá contigo.

El arte de abreviar

«El lenguaje abreviado de WhatsApp y de los sms lo llevamos haciendo los murcianos toda la vida. Es fascinante la economización que hacemos del lenguaje», explica Israel. La utilización del 'acho' y del 'pijo' es el eje central de nuestra lengua. Dependiendo de la cantidad de 'achos' seguidos que se puedan decir significará una cosa u otra. Al igual que el 'pijo' sirve para darle mas énfasis a la frase.

«Lo que más le gusta a la gente es trasladar ideas que hacen referencia a series de televisión famosas como Juego de Tronos o Los Simpsons al murciano. Nuestra lengua tiene una riqueza ideal para esto. Yo al principio creí que habría gente que no terminaría de entender alguno de mis tuits, pero siempre acabo encontrando esa complicidad y acogida con cada retuit», explica Israel.

De lo que ya no hay duda es de la conquista murciana que se está llevando a cabo gracias a nuestro orgullo y sentido del humor. Ya sea por el insoportable calor del verano, o por la inclusión en la RAE de ese vocablo desconocido para el resto de España llamado 'paparajote', el caso es que todo murciano proclamará siempre a los cuatro vientos un: «¡Acho, pero qué orgulloso me siento, pijo!».