¿Poder dormir siesta durante la semana o salir antes del trabajo? Ese es el dilema, y el debate, que ha puesto sobre la mesa la propuesta del presidente en funciones, Mariano Rajoy, de tener jornadas laborales hasta las 18 horas.

Pero esta iniciativa no es nueva, ya que la Secretaría de Estado de Administraciones Públicas, en 2012, instaba al personal al servicio de la Administración y sus organismos públicos a acogerse a ese horario.

Eso sí, se planteaba como necesario que se incorporara en la negociación colectiva de medidas relacionadas con la racionalización de los tiempos y las jornadas laborales. Para ello, habría que llegar a un acuerdo con los partidos políticos y con los agentes sociales, modificar normativas y convenios colectivos.

De esta medida se librarían los servicios públicos y las empresas cuyos ritmos productivos necesiten tener turnos nocturnos.

La propuesta de Rajoy, sin embargo, de nuevo saca a la luz la peculiaridad del horario laboral español en relación al europeo, y el mito, más o menos acertado, de que los españoles tenemos esta jornada porque así podemos dormir la siesta.

De hecho, la lectura que han hecho algunos periódicos extranjeros, como el Washington Post, ha sido, precisamente, que la consecuencia del cambio horario sería acabar con la siesta.

No hay muchos estudios en los que se refleje si esta creencia tiene una base o no. Tal y como recoje El País, en 2009 la Fundación de Educación para la Salud del Hospital Clínico San Carlos (Fundadeps) y la Asociación Española de la Cama (Asocama) llevaron a cabo una encuesta entre 3.000 adultos de toda España.

Curiosamente, en este estudio son los murcianos los que aparecen como los ciudadanos que más se echan la siesta, seguidos muy de cerca por los aragoneses (en un 21,2 y 21,1 por ciento de los casos, respectivamente). Los que menos, los vascos (12,2%) y los gallegos (12,4%).

En general, el 16,2% de los españoles reconocía que se echa una siesta cada día; el 22% solo a veces; el 3,2% solo los fines de semana; y el 58,6%, nunca.

Sí o no al nuevo horario

Por lo que respecta al horario laboral español, diversos estudios han constatado que hay un retraso medio de dos horas respecto al que siguen en Europa, lo que afecta a la organización diaria de todos los ámbitos de nuestra vida: el trabajo, la familia y el ocio.

Además, se ha comprobado que trabajamos más horas que el resto con peores resultados, ya que la productividad es menor; y que nuestros horarios son un lastre para la conciliación de la vida laboral y personal.

Al hilo de la posible necesidad de racionalizar estos horarios laborales, el portal Let's Beer ha realizado recientemente la encuesta 'Horarios Españoles', «aportando un enfoque más coloquial y desenfadado del tema», y en la que han participado 2.330 ciudadanos de toda España. En la misma han intentado contestar a preguntas como ¿cómo afectaría a los españoles salir antes de trabajar? O ¿estamos los españoles preparados para un horario laboral europeo?

Por lo que respecta a los murcianos que han contestado a las preguntas, entre las conclusiones figura el hecho de que los ciudadados de la Región, junto con gallegos y vascos, son los que menos creen en que la jornada intensiva les hará ser más felices.

Además, murcianos y gallegos son los que más siguen practicando el viejo hábito de quedarse en la oficina hasta que el jefe se va. «Las ganas que tenga el jefe de irse a casa siguen marcando el fin de su jornada laboral. Algo nada europeo», indican los promotores de la encuesta.

Asimismo, en la Región consideran, en un 76 por ciento, que a pesar de salir tarde de trabajar, disfrutamos más de la vida que en el resto de Europa. La media está en el 77, 6 por ciento.