Francisco José Ruiz López es jefe de Neumología del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia y coordinador de la Unidad del Sueño de este centro hospitalario. Explica que aunque no todo el mundo la duerme, lo cierto es que en los países mediterráneos -en España y en Murcia en particular- hay más tendencia a echar una siesta por cuestiones de cultura y climatológicas. Y advierte de que descansos de más de media hora pueden llegar a ser perjudiciales para la salud.

¿Mito o realidad? Los murcianos somos los que más echamos la siesta de toda España.

No tenemos ninguna encuesta ni datos que avalen esa conclusión, pero lo cierto es que en las zonas mediterráneas hay más tendencia a dormir la siesta. Estamos dos puntos por encima de los ciudadanos de los países anglosajones y del norte, tanto por cultura como por hechos concretos como la temperatura, la luminosidad, el calor... Es decir, que sí es cierto que hay más tendencia a descansar después de comer.

¿Y nos beneficia o nos perjudica?

Todo se basa en un principio básico: cómo dormimos por la noche y si necesitamos o no completar ese sueño, porque la siesta ocupa un espacio en el descanso nocturno. La Sociedad Mundial del Sueño está de acuerdo en que no son recomendables las siestas de más de 30 ó 45 minutos. Si superamos este tiempo, nos da cierta inercia a dormir más y eso condiciona el de la noche, que no es tan reparador como debería ser. Es decir, que no es mala si es comedida.

¿Cuál es la propuesta entonces?

Lo ideal es acostumbrarnos, en el caso de los adultos, a dormir durante 7 horas por la noche, que podríamos completar con unos 15 a 30 minutos de descanso después de comer si no hemos podido hacerlo. En el caso de los niños, el horario varía, ya que los menores de cinco años deben descansar entre 11 y 12 horas al día, por lo que sí es recomendable que echen una siesta.

Ha comentado antes que no se aconseja dormir más de media hora. ¿Por qué?

Cuando dormimos una siesta nos ‘comemos’ el sueño de la noche, que es reparador y podemos entrar en un círculo vicioso. No dormimos bien por la noche, entonces echamos siesta, con lo que otra vez no estamos suficientemente cansados y alargam0s la vigilia, etc, etc. Hemos comprobado que en el caso de los ancianos, cuanto más siesta duermen, más aumenta el riesgo de mortalidad y que en los diabéticos se alteran los picos de glucemia. Sin embargo, a los pacientes con alteraciones musculares los descansos breves les beneficia.

¿Qué debemos hacer para descansar bien por la noche?

Siempre recomendamos controlar las cenas, que sean lo más ligeras posible, y, por supuesto, hacer ejercicio, para coger el sueño con ganas. También debemos depender menos de la televisión en horario nocturno y evitar el stress que provoca el ritmo del trabajo lo que se pueda. Los móviles también pueden perjudicarnos, puesto que cada vez se está más pendiente de los mensajes y las redes sociales. Este último caso, por ejemplo, está provocando muchos desórdenes del sueño entre los chavales. Debemos ser más rígidos en nuestros horarios y hacerlo de forma mecánica.