Los resultados turísticos, pese a ser los mejores desde antes de la crisis, no han sido del todo satisfactorios, según CROEM. En su Boletín de Coyuntura Económica del IV Trimestre y balance del año, indica que el sector servicios, pese a crecer a una tasa elevada -la cifra de negocios lo hace al 4,1%, por un 4,7% en el ámbito nacional-, muestra en el último trimestre un perfil más moderado que el del periodo central del año. Esto se debe, a juicio de la Confederación, a la pérdida de fuelle del comercio minorista y, sobre todo, del turismo en los últimos meses, tras «una excepcional campaña estival».

Y es que, destaca, por ejemplo, que el número de viajeros (+1,5%) y pernoctaciones (+1,2%) en establecimientos turísticos han aumentado muy discretamente, lo que se explica por el mal comportamiento registrado en los últimos meses del año, en los que incluso se han llegado a registrar decrecimientos, que han empañado el buen hacer hasta septiembre. A lo que se une el estancamiento en la llegada de viajeros nacionales (+0,2% en pernoctaciones), frente a una evolución más aceptable del turismo internacional (+3,1%) y el limitado avance en los establecimientos hoteleros, donde el incremento tanto de visitantes como de pernoctaciones no superó el 1%.

Así, el grado de ocupación hotelera (46,8%, frente al 44,5% de 2014) es todavía diez puntos inferior al nacional (57,1%), mientras que pese a la mejora de los ingresos (+8,4%), «los márgenes de rentabilidad siguen muy alejados de la media nacional».

Resalta que, en el ámbito extrahotelero, la situación es algo más optimista, con crecimientos sustanciales en el número de viajeros en campings (+4,8%), apartamentos (5,3%), y alojamientos rurales, que han experimentado un «auténtico boom» en el último año (+21,8%). A estos registros se ha sumado la llegada de 147.084 cruceristas hasta noviembre (+8,7%), su máximo reciente.

Según la CROEM, aprovechar el margen de mejora deberá ser uno de los objetivos del Plan Estratégico Turístico 2015-2019, «el cual debería abordar a su vez la situación hostelera y actividades de ocio, con una recuperación que se podría ver amenazada por la actual indefinición normativa (ordenanzas)».