Murciano de 37 años, Pedro Caballero estudió Odontología en la Universidad de Murcia (UMU). Acabada la carrera, hizo un máster en Cirugía Oral, Implantología y Periodoncia y es especialista universitario en Implantología Oral por la UMU. Colabora con esta universidad y es vicepresidente del Colegio de Odontólogos de Murcia. Sus inquietudes por tener una formación más humanista, a la imagen del 'médico del Renacimiento', le llevaron a licenciarse en Antropología Social. Casado con una odontóloga, tiene tres hijos.

Hoy se celebra el Día Mundial de la Salud Bucodental. ¿Cómo estamos los ciudadanos de la Región?

Lo que veo en la clínica es un panorama sesgado; pues el que viene tiene cierta preocupación por su salud bucodental, se hace revisiones periódicas. Pero en general, tenemos que insistir en la prevención porque sólo el 48% de los murcianos visitó al dentista en el último año, que es más o menos lo mismo que la media española. Pero es de agradecer que, según los datos que manejamos, el 84% prefirió acudir a clínicas dentales dirigidas por profesionales sanitarios, frente a las cadenas marquistas y las franquicias.

¿Que periodicidad sería la adecuada para las revisiones?

Nosotros recomendamos que se acuda al odontólogo al menos una vez al año, ya se tengan problemas o no.

¿Cuál es la enfermedad más común?

La caries. De hecho, en la Región hay 11,7 millones de dientes afectados por caries. En los niños es preocupante porque es muy común que al menos una de las tres comidas principales no las hagan en casa, ya que muchos se quedan a comer en el colegio, con lo que se pierde uno de los tres posibles cepillados después de las comidas. Y la mayoría de los colegios no tiene protocolos de higiene bucodental.

¿Y en los adultos?

La prevalencia de caries es lo más común también entre los mayores. En segundo lugar se da la enfermedad periodontal o piorrea, que padecen 250.000 murcianos, y que afecta a las encías y al hueso que las rodea. En último caso, provoca la pérdida de las piezas dentales, con los problemas que ello acarrea. Incluso cuando se caen piezas molares, se deforma la cara, ya que soportan la altura de la cara y ésta se arruga y se deforma.

Parece ser que se ha encontrado una relación entre la piorrea y las enfermedades cardiovasculares.

Efectivamente se ha constatado en los últimos años. Muchas veces cuando realizamos historiales médicos de pacientes con piorrea sale que son cardiópatas, o que llevan válvulas... Además, la enfermedad periodontal tiene un gran componente bacteriológico y tras analizar trombos de un infarto se han hallado bacterias de la boca. Y es algo que mucha gente desconoce y que tendría que vigilar más. Otro punto muy importante a tener en cuenta es el que se apuntó con motivo del Día del Cáncer: el próximo año 1.200 murcianos podrían padecer cáncer de boca. Es decir, que acudir al dentista puede salvarnos la vida.

Y supongo que también se irá al dentista por razones estéticas.

Es cierto, cada vez se consulta más por razones de estética, para reponer las piezas que se han caído con implantes y prótesis. En este punto en las últimas décadas se ha evolucionado bastante y la boca tiene cada vez más importancia social. Además de su función natural de nutrición y fonación, la boca ha adquirido una función social, porque una sonrisa bonita hace mucho.

Pero ir al dentista es caro, y no todo el mundo se lo puede permitir. ¿Es ahí donde aparecen las franquicias o las clínicas low cost?

Es cierto que a raíz de que son tratamientos caros la gente busque ofertas. Pero nosotros hemos comprobado que el chollo no existe. Las mal llamadas clínicas low cost terminan ofreciendo presupuestos muy similares al resto, puesto que revierten en el paciente las cargas del personal, del marketing... Además, en muchos casos significa también un descenso en la calidad asistencial, tanto en instrumental como en materiales, el tiempo que se le dedica al paciente, la experiencia de los profesionales, etc. Lo ideal sería que la cartera de servicios de la Sanidad pública incluyera más tratamientos bucodentales.