La sociedad que gestiona las plantas desaladoras del Estado, Acuamed, reclama al Taibilla 43,5 millones por la amortización de las plantas de Águilas, Torrevieja y Valdelentisco. El presidente de la Mancomunidad, Adolfo Gallardo, informó ayer al comité ejecutivo del organismo que abastece a 79 municipios de la Región, Albacete y Alicante de que cuenta con el apoyo del abogado del Estado en la pugna con Acuamed, a pesar de que la sociedad estatal trata de financiar las obras de las desaladoras incluidas en el Programa Agua con una aportación del Taibilla que se considera desmesurada y que tampoco se corresponde con las cláusulas de los convenios suscritos entre ambas entidades.

La mayor parte de las amortizaciones que reclama Acuamed corresponden a Valdelentisco, ya que pretende conseguir una aportación de la Mancomunidad de 32 millones. Por el contrario, el presidente del Taibilla considera que es Acuamed quien debe entre 15 y 16 millones al Taibilla. Adolfo Gallardo explicó que Acuamed modificó unilateralmente las condiciones pactadas en el convenio firmado con la Mancomunidad en 2003 para construir una planta con mayor capacidad de la prevista inicialmente sin contar con el Taibilla. Añadió que la planta de «Valdelentisco está pagada», por lo que no procede que los municipios integrados en el Taibilla carguen con los costes de amortización de la obra.

Por la planta de Águilas Acuamed reclama cuatro millones, mientras que exige 7,5 por la de Torrevieja. En total, la sociedad estatal pretende cargar 43,5 millones para la amortización de sus desaladoras al Taibilla. El pago de esta deuda supondría el descalabro económico para el organismo que abastece a 79 municipios de tres autonomías.

Además, los caudales de estas tres desaladoras están dedicados a la agricultura, aunque la de Águilas no dispone todavía de las conducciones necesarias para llevar el agua a las comunidades de regantes de Lorca, que serían sus máximos consumidores.

Acuamed quiere que el ministerio de Medio Ambiente aplique la norma establecida por la Unión Europea que obliga a repercutir el coste de las infraestructuras hidráulicas en las tarifas de los usuarios, dado que en caso contrario no podría hacer frente a la amortización de las desaladoras del Estado.

El Ministerio debe afrontar además la patata caliente que supone la amenaza de tener que devolver las ayudas recibidas de Europa para financiar las desaladoras construidas en toda España, que sumarían varios millones de millones.

La paradoja es que el Taibilla tiene sus propias plantas desaladoras en San Pedro del Pinatar y Alicante, que durante los últimos años apenas si han tenido que ser utilizadas, dado que la cuenca del Segura ha vivido el ciclo más lluvioso desde hace medio siglo. No obstante, estas desaladoras permitieron salvar hace varios años las dificultades que originó la rotura del túnel del Trasvase en Ulea, evitando restricciones durante los meses de mayor consumo en Murcia y en Alicante.

Solo ahora, si persiste la sequía en el Tajo y continúan reduciéndose las aportaciones del río Taibilla, en la cabecera del Segura, la Mancomunidad tendrá que recurrir a los caudales de Valdelentisco para atender en parte las necesidades del abastecimiento, según informó ayer Adolfo Gallardo a los alcaldes. En previsión de que el suministro a los ayuntamientos se complique de cara al verano, la Mancomunidad contempla la compra de caudales a las comunidades de regantes que tienen excedentes y prevé completar las necesidades de suministro con los pozos de sequía que pondrá la Confederación..

La CHS ha previsto además que la Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia (que abarca desde Contraparada hasta Orihuela) ceda 5 de los 70 hectómetros cúbicos que tiene asignados.