La distancia que separa a Alberto Garre de la clase dirigente del Partido Popular, tanto en Murcia como en Madrid, se hizo mucho más grande ayer. Y puede que ya sea irreversible. El ex presidente de la Comunidad, que milita en el partido desde que se llamaba Alianza Popular y ha ocupado cargos en las instituciones estatales y autonómicas, se despachó a gusto a primera hora de la mañana con unas declaraciones en el programa Hoy por Hoy de la Cadena Ser, que dirige Pepa Bueno, en las que solicitaba al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, que diera «un paso atrás» y dejara paso a otra persona del PP para facilitar las negociaciones para la formación de Gobierno.

«Haría un gran servicio a España y al PP», sentenció el pachequero, que ya las ha tenido tiesas con la dirección regional de su partido en varias ocasiones desde que, en julio, abandonara la presidencia del Gobierno regional tras apostar su partido por Pedro Antonio Sánchez en lugar de por él como candidato electoral.

Las palabras de Garre, recogidas enseguida por los medios digitales, provocaron un auténtico terremoto político en España, suscitando un sinfín de reacciones, en el PP y el resto de partidos. Pese a que el expresidente afirmó en la radio que la opinión de que Rajoy debe dar un paso atrás «es un clamor silencioso» en la formación popular, nadie del PP respaldó en público las palabras de Garre (solo, al final del día, Jaime Ignacio del Burgo) y hubo un cierre de filas prácticamente unánime en torno a Rajoy. Desde Soraya Sáenz de Santamaría hasta Andrea Levy pasando por Jorge Fernández Díaz, Cristina Cifuentes, José Antonio Monago, Alberto Núñez-Feijoó, Rafael Hernando y Xavier García Albiol. Desde Génova achacaron sus palabras al enfado por no haber sido candidato, ni en las autonómicas ni en las generales, y en el PP regional recuerdan que hace más de un año que no asiste a las reuniones de la junta directiva (la última, con la presencia de Rajoy, el pasado 13 de febrero), pese a tener derecho a ir por ser presidente local en Torre Pacheco. En sus palabras a la Ser, insistió en que en el PP, como en otros partidos, «hay muchos palmeros y algunas plañideras».

Alberto Garre entiende que «las indecisiones» del líder nacional «nos han metido en un callejón sin salida y en una crisis de identidad», y que el PP «ganó las elecciones, sí, pero también fue el que más votos perdió». El expresidente cree que si Rajoy le hubiera hecho caso al presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, quien le recomendó tras el batacazo de las autonómicas de mayo que se mirara en el espejo, «no estaríamos ahora en esta situación, en un conflicto nacional que se ha convertido en problema». Hizo referencia a la desconfianza que ha generado entre los votantes la corrupción, que fue el principal caballo de batalla de Garre durante su presidencia. «Evidentemente se han producido casos de corruptelas en todos sitios, pero a los españoles les da igual quién meta la mano, lo que quieren es que no se meta la mano», manifestó, reclamando a Rita Barberá que deje su escaño en el Senado. «Debe primar la generosidad personal porque la confianza depositada por los españoles es un filamento muy sensible», declaró. Recomendó a la exalcaldesa de Valencia «que espere con paciencia y con su conciencia si no tiene nada que ocultar».

Cruce de palabras con Soraya

A la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, le preguntaron por las palabras de Garre en una entrevista en TVE. «Es una persona que está, creo, de salida en este asunto, y yo lo que pido es que pensemos todos en el bien del país y en el bien del partido con independencia de las peripecias personales que uno ha tenido y la situación personal en la que se encuentra», indicó la número dos de Rajoy. Al enterarse de estas palabras, el expresidente regional le contestó en una entrevista con la agencia Efe. «En política todos deberíamos estar en salida y ella debería tener la maleta preparada porque nadie es imprescindible en los partidos», indicó Garre, aclarando que sus opiniones sobre Rajoy no las expresa ahora por un tema personal. «Otros tienen problemas de estómago y aquí hay demasiados pollos sin cabeza, pero bien alimentados», declaró el pachequero.

«Nadie me dirige la palabra»

Alberto Garre reveló que, desde que dejó San Esteban en julio, nadie en el PP le dirige la palabra y reivindicó la figura de Aznar, afirmando que sintió «tristeza» al verlo «sentado en una esquina» en una reunión del partido. «Él fue capaz de aglutinar al centro derecha, y hoy las cosas no funcionan de la misma manera», aseveró.

Sobre su futuro político, afirma que no tiene intención de pedir la baja como militante en el Partido Popular «aunque me están enseñando la puerta de salida». Piensa que algunos valores tradicionales del PP se están perdiendo con las políticas de los últimos años, criticando la reforma de la Ley del Aborto, la lucha contra el terrorismo o la misma política hídrica. Reconoció que ha recibido propuestas para liderar el partido regionalista que se está formando -«que sé que existe y tiene más fuerza de lo que la gente se piensa»-, pero hasta ahora las ha rechazado. Insiste en que no tiene intención de romper el carné del PP, pero lanza una advertencia: «Como me sigan enseñando la puerta...».

Más de 500 mensajes de apoyo

Pese a que nadie del PP se manifestó públicamente en la línea de lo expresado por Garre, el expresidente afirma que en el día de ayer recibió «más de 500 llamadas y mensajes, más incluso que cuando tomé posesión». Muchas de ellas, dice, de cargos públicos en activo del PP. Sobre su presunta falta de disciplina, recordó que ha estado callado en las recientes campañas electorales «para que nadie dijera que intentaba perjudicar». En las pasadas autonómicas, denuncia que sus compañeros populares «tenían prohibido pronunciar mi nombre».