La Asamblea Regional rechazó ayer, con los votos de la oposición (PSOE, Podemos y Ciudadanos, que suman 23 escaños frente a los 22 del PP) una moción del Grupo Parlamentario Popular que pretendía constituir una comisión especial que modifique la reforma de la Ley Electoral murciana que se aprobó el pasado julio, con el objetivo de incluir algunas propuestas esbozadas recientemente por el presidente de la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez, en el sentido de estudiar la posibilidad de implantar las listas abiertas y la segunda vuelta electoral.

Pero más que por el rechazo a la moción, que se esperaba, el debate de ayer se recordará por la monumental bronca que mantuvieron el portavoz de Podemos, Óscar Urralburu, y el vicepresidente segundo de la Mesa, Domingo Segado, del PP, que se dedicaron palabras durísimas. Y es que ambos partidos se tienen muchísimas ganas, y se nota.

«El Partido Popular prescindiría de las elecciones si pudiera, porque lo importante para ellos es mantener el negocio», señaló desde la tribuna el líder de Podemos, quien considera «una broma del destino» que el Partido Popular, tras dos décadas gobernando en la Región «y dando la espalda a la sociedad», a juicio de Urralburu, quiera cambiar la Ley Electoral y volver a poner en el debate los acuerdos alcanzados por unanimidad el pasado verano.

«No cuela», reprochó el portavoz de la formación morada sobre la petición de los populares, que se siguió calentando y manifestó que el PP, «que representa lo más rancio, quiere hacerse pasar ahora por lo más vanguardista».

Sobre la segunda vuelta electoral que propone Pedro Antonio Sánchez, Urralburu está convencido de que el PP busca con ella «continuar en el poder» y, de esta forma, «seguir actuando como una trama organizada para delinquir como ya se ha visto en Madrid y Valencia y que pronto se verá en Región de Murcia».

Durante la alocución del portavoz de Podemos, que pese a las graves acusaciones no mostraba en ningún momento signos de estar alterado, algunos diputados populares, entre los que estaba Javier Iniesta, protestaban desde sus escaños, por lo que la presidenta de la Cámara, Rosa Peñalver, tuvo que intervenir para pedirles silencio.

En el turno de réplica, el defensor de la moción, Domingo Segado, tampoco se quedó corto en sus calificativos hacia el partido de Urralburu. El vicepresidente de la Asamblea acusó a Podemos de representar «esas ideas rancias y antidemocráticas de los gobiernos de Irán y Venezuela, tan ricos que les subvencionan, mientras sus ciudadanos ven cómo los homosexuales son colgados de una grúa y los opositores encarcelados durante años».

«No son los defensores de la libertad, sino de la extrema izquierda antidemocrática, y si los españoles les dejan, aunque no lo espero, lo veremos», concluyó Segado, quien defendió que la moción rechazada del PP solo pretendía, «sin cortapisas y sin miedo», escuchar a la sociedad murciana y abordar un cambio legislativo para «fomentar la participación de personas y no de los partidos», con listas abiertas, primarias y la segunda vuelta.

El viceportavoz socialista, Joaquín López, se mostró abierto al debate, pero justificó su negativa a una iniciativa del PP que según él demuestra que «alguien tiene mala conciencia» y pretende revisar los acuerdos alcanzados el pasado mes de julio, sobre circunscripción única y rebajar al 3% el umbral mínimo exigido para obtener escaño en la Asamblea.

Por su parte, el portavoz de Ciudadanos, Miguel Sánchez, pidió «seriedad» a los populares y les acusó de querer modificar «torticeramente una reforma de hace siete meses», al tiempo que reclamó al presidente Pedro Antonio Sánchez que «no haga el ridículo proponiendo una segunda vuelta inconstitucional en un sistema parlamentario como el español».