La consejería de Sanidad, a través de Salud Pública y Adicciones, ha acreditado a 8.133 personas para hacer uso de los desfibriladores semiautomáticos externos (DESA) desde el año 2008, tras la entrada en vigor de la normativa autonómica que regula el uso de desfibriladores semiautomáticos externos por personal no médico en la Región.

El director general de Salud Pública y Adicciones, Manuel Molina, subrayó que «la desfibrilación temprana es de suma importancia en los cuatro primeros minutos tras la parada cardíaca para garantizar la supervivencia del paciente, de ahí la relevancia de estos equipos».

Las paradas cardíacas son un trastorno del ritmo del corazón denominado fibrilación ventricular y, en un 80 por ciento de los caso, señaló Molina, «su tratamiento fundamental es la desfibrilación precoz». La principal funcionalidad de estos equipos es que permiten acortar el tiempo transcurrido entre el paro cardíaco y la llegada del personal sanitario de Emergencias Médicas Extrahospitalarias.

De este modo, precisó el director general, «se mejora notablemente la supervivencia, entre un 50 y un 70 por ciento».