La rebaja del Impuesto de Sucesiones y Donaciones aprobada por el Gobierno regional el pasado mes de agosto no ha frenado la renuncia a las herencias en la Región durante el año 2015, según los datos del Consejo General del Notariado. El decano del Colegio de Notarios de la Región, Pedro Martínez Pertusa, considera que los efectos de la reforma fiscal no se apreciarán de forma clara hasta los primeros meses de 2016, dado que los herederos tienen seis meses de plazo para liquidar este tributo desde que se produce el fallecimiento de la persona que deja el legado, y la mayoría de las familias agota el periodo voluntario para presentar su declaración. No obstante, Martínez Pertusa apuntó que en las renuncias influye también el Impuesto de Plusvalía que cobran los ayuntamientos cuando se produce la transferencia de un inmueble, dado que ha seguido subiendo, pese a la caída de los precios de las viviendas originada por la crisis.

En el año 2015 renunciaron a cobrar las herencias recibidas 962 murcianos, lo que supone 200 más que el año anterior, cuando representaban una de cada diez . Sin embargo, en 2007 tan solo 208 herederos habían optado por no cobrar el legado de sus antepasados, lo que significa que las renuncias se han multiplicado por cuatro durante los nueve años trascurridos desde el inicio de la recesión.

En España se ha multiplicado por tres entre 2oo7 y 2015, pasando de 11.048 a 37.390.

La rebaja del Impuesto de Sucesiones no puede aplicarse a las familias de las personas fallecidas antes de la entrada en vigor de la reforma, publicada en el Boletín Oficial de la Región el pasado 8 de agosto, según explicó Martínez Pertusa. Solo tiene efectos a partir de esta fecha.

Por otra parte, los contribuyentes que han heredado con posterioridad al 8 de agosto tenían de plazo hasta principios de febrero para presentar su liquidación acogiéndose a la bonificación del 50% establecida para los particulares.

Sin embargo, Martínez Pertusa explicó que también los impuestos municipales están teniendo un fuerte impacto en las renuncias, dado que la plusvalía ha seguido aumentando año a año, a pesar de que el valor de las fincas se ha reducido desde 2007 por encima del 40%. «El impuesto que paga una vivienda comprada hace diez años sigue subiendo cada año que pasa», porque este tributo local no se ha revisado.

Martínez Pertusa explicó que los herederos no tienen a veces el dinero necesario para adelantar el pago de los impuestos que cobran la Comunidad Autónoma y los ayuntamientos si no consiguen vender la propiedad que heredan, pero tampoco se atreven a asumir esta deuda porque no tienen la seguridad de encontarar comprador. «Tienen miedo de que acabe suponiéndoles incluso el embargo de su nómina». Por esa razón señaló que «los juzgados están atendiendo muchas reclamaciones de los particulares contra este impuesto municipal».