Sofía se aburría en clase. Notaba que no tenía los mismos intereses que el resto de sus compañeros y pensó que lo mejor era aislarse. Por suerte para Sofía, sus profesores detectaron que ella era una niña con altas capacidades y comenzaron a trabajar sus habilidades cognitivas, pero también afectivas y sociales. Y es que detectar que un niño es superdotado es sólo el principio. Luego entran en juego los métodos de enseñanza que consigan desprender todo el potencial de cada estudiante y los aspectos afectivos y de asesoramiento a los familiares.

Todos estos temas están siendo tratados en profundidad por los participantes en el I Congreso Internacional Nuevas perspectivas en el estudio de la Superdotación y el Talento, que acoge el Salón de Actos de la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia desde ayer y hasta el próximo sábado, 20 de febrero. El citado encuentro, que está dirigido especialmente a docentes, investigadores y estudiantes de Magisterio, muestra las perspectivas teóricas y metodológicas más actuales para trabajar con estudiantes superdotados y con talento.

Las profesoras de Psicología de la Educación Rosario Bermejo y Carmen Ferrándiz y el Orientador del IES Ramón y Cajal, Juan García, forman parte del Equipo de Investigación de Altas Habilidades de la Universidad de Murcia, pionero en este campo de la Educación a nivel nacional.

Los expertos aclaraban que hay que diferenciar entre niños superdotados y con talento. «Algunos alumnos destacan en lo que se denominan talentos. Un estudiante puede tener altas capacidades científicas, matemáticas, verbales o artísticas, entre otras, que precisan ser potenciadas. Luego hay otros alumnos que destacan en todos los talentos a la vez y esos son los superdotados», explicaba ayer Juan García.

Suele ser en los últimos cursos de Primaria cuando se observa que un estudiante es superdotado o tiene un talento determinado. Según los expertos, la creatividad es una variable definitiva y la acompañan, aunque en menor medida, el rendimiento o la motivación. Su identificación compete principalmente a los profesores y los orientadores de los centros. «Existen varias herramientas para detectar las altas capacidades, pero al final es el profesor el que trata con el alumno y conoce su rendimiento», aclaraba ayer Carmen Ferrándiz.

No sólo en Primaria

Pero no hay que confiarse, porque algunos estudiantes desarrollan altas capacidades en etapas posteriores. «Imagina que hay un alumno muy bueno en literatura, pero en su clase se dedica a copiar y poco más. Un día, esa chico o chica tiene la oportunidad de escribir un relato y confecciona una narración compleja y fascinante, es entonces cuando realmente puede mostrar su talento», decía Ferrándiz. «Cuanto mayor sea la identificación, mejor será la respuesta para desarrollar al máximo el talento de los estudiantes», añadía Juan García.

Por eso la formación en el profesorado resulta de vital importancia, ya que «cuando los docentes que al principio se muestran más reticentes conocen de qué manera incentivar a los alumnos con altas capacidades, todo son beneficios. Incluso ellos mismos se sienten más realizados», detallaba Rosario Bermejo. Asimismo, estos estudiantes necesitan actuaciones, no sólo a nivel formativo, sino también afectivo. «Es importante normalizar la situación, que entiendan por qué perciben las cosas de una manera diferente y sean capaces de expresar cómo se sienten», matizaban ayer los expertos.

Una vez detectado y estabilizado el talento en el alumno, se pasa a la intervención. «Por lo general, se tiende a la inclusión en el aula, a no separar a estos chicos de su entorno, aunque también se forman lo que llamamos ´grupos de enriquecimiento´, para fomentar determinadas capacidades o ayudarles a desarrollar su cognición de forma autónoma», apostillaba el orientador del Instituto Ramón y Cajal. «La inclusión en el aula es muy beneficiosa, porque estos alumnos terminan ayudando a sus propios compañeros», añadía la profesora Bermejo.

Respecto a si estos chicos y chicas son más propensos a recibir algún tipo de acoso escolar por parte de compañeros que no tienen sus altas capacidades, los entendidos coinciden en que, actualmente, no existe ningún tipo de relación entre el talentos y el acoso. «Algunos sí que pueden llegar a sufrir rechazo, pero la mayoría consigue solventarlo. Por suerte, cada vez se da menos eso de tenerle manía al ´listo´ de la clase», aseguran los especialistas.

El apoyo familiar resulta clave

¿Y qué ocurre en casa? ¿Qué deben hacer los padres de niños superdotados o con talento? «Quererlos, apoyarlos y no presionarlos», aclaran los expertos. «Cuando algunos padres descubren que su hijo tiene altas capacidades, empiezan a presionarlos y a exigirles resultados brillantes y los niños acaban con una frustración tremenda», asegura Carmen Ferrándiz. Por otra parte, «otros padres se asustan, puesto que piensan que estas altas capacidades le van a suponer un problema. Por suerte, estos casos se dan cada vez menos», agradecía Bermejo.

Claro que algunos prefieren que su hijo desarrolle capacidades para las matemáticas antes que para la música o el arte, por eso de que socioeconómicamente unas profesiones están mejor vistas que otras. Pero al final, las capacidades fluyen y no se pueden reprimir y cuando el talento existe, acaba floreciendo. «Conozco el caso de un chico con unas capacidades tremendas para la música. Sus padres le decían que estudiara una carrera de otro tipo y dejara la música como algo secundario, como una afición. Este chico estudió una carrera que no tiene nada que ver con la música, pero seguía componiendo y, cuando ahorraba algo de dinero, compraba instrumentos. Actualmente se dedica al mundo de la música y no le va nada mal», relataba Rosario Bermejo. Aunque también exponía que muchas personas con altas capacidades varían su centro de interés con el paso de los años.

Pero que un niño muestre tener altas capacidades es sólo la base para labrar un futuro brillante. «Picasso era un genio de la pintura, pero pasó miles de horas trabajando y practicando», ponen como ejemplo los especialistas para aclarar que aunque las capacidades existan, hay que trabajarlas de forma adecuada.