Nubarrones, y no precisamente de lluvia, se ciernen sobre la sede de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), y más concretamente sobre el despacho de su presidente Miguel Ángel Ródenas. El desencuentro entre los regantes y el dirigente de la cuenca que ya adelantó hace un par de semanas el presidente de la patronal Croem, José María Albarracín, se concretó ayer con la petición de dimisión de Ródenas, que defendieron ante los medios de comunicación los regantes del Trasvase Tajo-Segura (SCRATS) y de la Vega Alta (JUCERS).

«No es nada personal», se apresuraron a puntualizar José Manuel Claver e Isidoro Ruiz, respectivamente. Pero los dos coincidieron en afirmar que Ródenas «es un verdadero obstáculo para el desarrollo de la cuenca», que «pone palos en la rueda en lugar de arbitrar medidas» para buscar recursos ante la extrema sequía que sufre el Trasvase del Tajo y que «debe dejar la presidencia porque no es la persona idónea y nunca lo ha sido; aunque no es su culpa, sino de quien lo puso ahí».

Ambos dirigentes argumentaron su petición rechazando que el titular de la CHS hubiera tardado 8 días en poner en marcha los pozos del Sinclinal de Calasparra que van a dotar a los regadíos del Trasvase Tajo-Segura de 25 hm3 hasta final del año hidrológico. Se da la circunstancia de que los agriculturoes no han recibido ni un m3 de agua de la cabecera del Tajo desde que comenzó el año hidrológico en octubre pasado.

También criticaron que no se hayan autorizado aún los pozos particulares de Águilas, Mazarrón y Cieza, que permitirán a los agricultores tener una dotación de otros 7,5 hm3 de agua.

«Hay muchas comunidades de regantes con el agua cortada y no se les debe tratar de ese modo», insistió José Manuel Claver, presidente del Scrats.

«Es doloroso que el presidente haya hecho dejación de funciones», apuntó Isidoro Ruiz, presiente de Jucers, y añadió que lo que le lleva a pedir su dimisión es «la pasividad en la que este hombre se mantiene».

Ruiz se preguntó qué ocurriría si llegan las heladas y, con los frutales ya en flor en un alto porcentaje, «no tuviéramos agua para que los pajaritos puedan evitar los daños en el arbolado».

El presidente de los regadíos tradicionales de la Vega Alta insistió en que ellos no tenían reparos en prestar agua al Trasvase, «como ellos nos la prestaron a nosotros en otras ocasiones de sequía», porque «en la cuenca del Segura sabemos que si no damos ejemplo, ¿cómo vamos a pedir luego nosotros la solidaridad en otras cuencas?».

Por todo ello, ambos dirigentes concluyeron en definir el perfil del presidente que la cuenca del Segura necesita como alguien «duro, valiente y que se arriesgue, y que tome decisiones aunque sean equivocadas».

«Están defendiendo en otras regiones que se cierre el Trasvase Tajo-Segura», apuntaron, indicando que a eso «hay que plantarle cara, aunque te la rompan». Ambos recordaron la enorme riqueza que el agua del Tajo genera en el sureste español, donde miles de personas dependen de ello. «Sería una tragedia», concluyeron.

Caudal ecológico del Tajo

Por otra parte, el presidente del Scrats, José Manuel Claver, indicó que «aunque es legal», no se entiende que en plena sequía la Confederación Hidrográfica del Tajo haya decidido incrementar en 2 m3/segundo el caudal ecológico del río a su paso por Aranjuez, pasando de 6 a 8 m3/segundo. «Y mientras nosotros tenemos cortado el trasvase para regadío», lamentó, rechazando la gestión que hacen de los desembalses.