Confesamos nuestra edad, la última película que hemos visto en el cine, dónde nos gusta comer, cuándo vamos de viaje, colgamos fotos del bolso de marca que hemos comprado y que refleja nuestro poder adquisitivo, cómo nos gusta divertirnos, quiénes son nuestros amigos, mostramos nuestra ideología política, nuestras creencias, nuestros sentimientos... ¿Y nos extraña que se sepa todo de nosotros?

No es sólo la información que vamos dando a través de las redes sociales, muchas veces sin ser conscientes de ello, sino que cada vez que navegamos y abrimos páginas aquí o allá, vamos dejando una huella de nuestros gustos, intereses y compras de un gran valor para las empresas, sobre todo en el ámbito publicitario.

Víctor Sánchez, abogado murciano experto en protección de datos y privacidad en Internet, afirma que «cada vez más» hay conflictos legales que se gestan en el ciberespacio. Desde estafas que se llevan a cabo mediante pagos electrónicos a «temas de familia: en divorcios, por ejemplo, está a la orden del día que se produzca una discusión en redes sociales o por WhatsApp», indica Sánchez.

El letrado señala que «se ha multiplicado la difusión de la problemática», puesto que «antes, alguien gritaba en la plaza del pueblo que una era una tal. Ahora, la plaza del pueblo es Twitter».

Es tanta la problemática que cuarenta profesionales del Colegio de Abogados de Murcia, entre ellos Víctor Sánchez, han montado un colectivo especializado en Derecho de Nuevas Tecnologías, mediante el cual combatir este tipo de delitos on line. «Tenemos que estar al día en este tema, los cientes lo están reclamando», manifiesta este abogado.

Preguntado por si se puede vivir sin Internet, Sánchez remarca que «se puede». «Hoy me decía un compañero que se acababa de poner WhatsApp», relataba.

«Esto es generacional», destaca Sánchez, que pone como ejemplo «cuando vemos a niños de dos o tres años con una tablet, pasando las fotos». «Para ellos, no va a existir la posibilidad de no estar en redes sociales», comenta.

Sánchez tiene claro que «las redes sociales no son malas: son herramientas que tienen múltiples usos y están al alcance de todos».

Las redes sociales como Facebook, Twitter o Linkedin están pensadas para compartir y por ello colgamos todo tipo de datos e imágenes personales que automáticamente son públicos. Luego está Google que maneja una monumental cantidad de datos a través de nuestro historial de navegación y de búsqueda de páginas web a lo que hay que sumar las compras que efectuamos online. Cualquiera puede comprobarlo con ir a las preferencias de búsqueda de anuncios de su perfil en Chrome y verá la cantidad de información que el buscador maneja sobre nosotros.

Los famosos Cookies

A todos nos ha pasado. Te interesas por destinos turísticos para las próximas vacaciones entrando en varias páginas a través de Google u otro servidor y aceptas la política de privacidad de una agencia de viajes así como el mensaje: «Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias...». Esto significa que la web nos instala un pequeño archivo en el sistema llamado Cookie que servirá para que los anunciantes nos den información sobre lo que hemos consultado. Así, durante varios días, cada vez que abrimos Google nos aparecerá publicidad sobre viajes.

Tal como indica Isidro Pérez, experto en visibilidad web, productividad y desarrollo de negocio de Castalla, «lo malo de recibir mucha publicidad es que el usuario se cansa y la rechaza. La diferencia es que la tecnología permite que se sepa lo que nos gusta o lo que necesitamos y la publicidad se dirija directamente a nosotros».

´Big Data´

En esa utilización de los datos que vamos facilitando en internet cobra más auge cada día lo que se ha denominado ´Big Data´, una nueva tecnología que permite procesar y analizar gran cantidad de datos e incluso hacer predicciones sobre el comportamiento de los usuarios o clientes de una determinada empresa. Desde nuestras transacciones bancarias a nuestras llamadas telefónicas, navegaciones en la red o comentarios en redes sociales, todo puede ser analizado y permite establecer patrones de conducta y tendencias. ¿Se imaginan el valor que puede tener para una editorial, por poner un ejemplo, conocer más allá de la intuición, por dónde van a ir los gustos literarios de sus clientes en los próximos meses?

Matías de la Barra, analista de datos y experto en Big Data de Editorial Prensa Ibérica, editora de LA OPINIÓN, ha explicado a este respecto que «se pretende tener un conocimiento masivo de los usuarios, hay gente que se siente invadida, pero hay que convivir con ello porque es imparable, hay una mina de información para cualquier empresa a la que no se va a renunciar y además se da un mejor servicio a los usuarios». De la Barra define ´Big Data´ con «tres uves: volumen, velocidad y variedad», cuyo procesamiento a través de fórmulas matemáticas «permite incluso hacer patrones predictivos y saber qué propensión hay de determinado público a determinado contenido». Pero ´Big Data´ no es sólo útil para ayudar a las empresas a conocer mejor a sus clientes y vender más. De hecho, tal como recuerda el analista que trabaja actualmente en Alicante, el mercado publicitario online mueve más de 100.000 millones de dólares en el mundo y «el ´Big Data´ permite a las empresas coger una tajada mayor porque además desarrolla un conocimiento exclusivo de cada compañía». Esta herramienta también puede modificar la sociedad.

«Nueve de cada diez árabes utilizaron las redes sociales en las revueltas de la Primavera Árabe», señala Matías de la Barra, para añadir que «procesando esos datos se pueden predecir estos movimientos, abordar problemas económicos o sanitarios, evitar atentados, e incluso agilizar la salida de nuevos medicamentos».

En definitiva, tal como indican los expertos, «vamos dejando y dando todo tipo de datos y hay como un gran banco capaz de procesar estos datos y darles un valor, se pueden analizar perfiles y predecir comportamientos, la información puede evolucionar. Todo está conectado, todo monitorizado. Si la información se procesa como ´Big Data´, lo saben todo». El abogado murciano Víctor Sánchez alerta, no obstante, de que «la vulneración del derecho al honor y a la intimidad en redes sociales» está más de moda que nunca. A la hora de ´compartir´, piensen dos veces.