El letrado murciano Fermín Guerrero, cuya incomparecencia obligó el miércoles a suspender el juicio por el asesinato de la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco, señaló ayer que su ausencia se debió exclusivamente a «motivos personales», y afirmado que se encuentra «perfectamente».

Guerrero representa en este proceso a la agente de policía local Raquel Gago, una de las tres acusadas por el asesinato de Carrasco junto a Montserrat González y su hija, Triana Martínez.

«Estoy bien», afirmó Guerrero, quien señaló que ya había aclarado lo sucedido «ante quien lo tenía que hacer», en alusión al presidente del tribunal, Carlos Álvarez, y su patrocinada.

«Todo está bien», repitió el letrado antes de insistir en que su incomparecencia se debió a un «motivo privado imprevisto», y que «no responde a ningún tipo de estrategia» porque «no nos hubiera beneficiado para nada».