Los facultativos han decidido tomar parte en la contienda abierta por los enfermeros contra el ministerio de Sanidad por el Real Decreto de Prescripción Enfermera, apoyando la normativa ministerial. Para ello se personaron ayer ante el Tribunal Supremo como «codemandado» de la Administración en todos los recursos interpuestos y que vayan a interponerse contra el citado decreto.

No es la primera vez que los intereses de médicos y enfermeros chocan. En la Región de Murcia hay varios ejemplos, como la diferencia de criterios ante los recortes anunciados en el sector en plena crisis -hace cinco años-; o más recientemente en las negociaciones con la consejería de Sanidad por la carrera profesional.

El Real Decreto 954/2015 de 23 de octubre regula la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos y productos sanitarios de uso humano por parte de los enfermeros, y desde que se aprobó y entró en vigor ha puesto en pie de guerra al colectivo de enfermería.

De hecho, el Colegio profesional murciano fue el primero en presentar un recurso ante el Supremo contra la norma, como informó LA OPINIÓN el 22 de enero.

La decisión de ser parte en esta disputa la tomó la Comisión Permanente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), del cual forma parte el Colegio de Médicos de la Región de Murcia, en su reunión celebrada también el viernes pasado, 22 de enero.

El Consejo se personó ayer ante la Sala de lo Contencioso Administrativo del TS en los recursos que, además del Colegio de Murcia, ha interpuesto el Consejo General de Enfermería de España y el Sindicato de Ayudantes Técnicos Sanitarios de España (SATSE). Estos colectivos solicitaron en sus recursos medidas cautelares para que no se aplique el párrafo segundo del artículo 3.2 del Real Decreto, «petición a la que se opone el CGCOM y así lo va a alegar ante el Tribunal Supremo», explicaron fuentes del Consejo.

El artículo 3 regula la 'Indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos de uso humano sujetos a prescripción médica', que obliga a los enfermeros a tener una acreditación específica para realizar estas tareas.

Bien delimitados

Con esta acción legal, el órgano colegiado de los médicos «mantiene su postura de estar de acuerdo con el Real Decreto» por el que se regula la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos y productos sanitarios de uso humano por parte de los enfermeros y, en concreto el artículo 3. Éste «recoge las propuestas de la profesión médica siempre en el marco de la mejor protección de la salud, de la seguridad de la atención y de la efectividad alcanzada por el tratamiento de los pacientes», añadieron las mismas fuentes.

En opinión de los integrantes del CGCOM, «en este Real Decreto, queda perfectamente delimitado el campo de actuación y competencias de ambas profesiones respecto a las responsabilidades de médicos y de profesionales de enfermería en relación a los medicamentos sujetos por ley a prescripción médica».

Asimismo, los facultativos defendieron que la norma es acorde a la jurisprudencia del Tribunal Supremo «en lo relativo a que la responsabilidad del diagnóstico, tratamiento y prescripción corresponde al médico».

Los sanitarios, sin embargo, lo califican de «ilegal y lesivo para el colectivo de profesionales» de enfermería. Advierten de que su aplicación no está clara y rechazan tener que hacer cursillos para prescribir medicinas que ni siquiera necesitan el visto bueno médico.