«Enamorao de la vida aunque a veces duela». La estrofa de la canción Volando voy de Camarón de la Isla figura en un cartel que luce en una sala de la sede de Podemos, en la murciana calle Cartagena, que todavía está por montar. Allí se encuentra Óscar Urralburu (Pamplona, 1971), líder regional de Podemos, que se prepara para seguir afianzando en la Región al partido que ha cambiado la política española. «Hemos aportado un nuevo concepto de democracia», afirma.

Ha pasado un año desde que Podemos aterrizó en la Región. ¿Qué radiografía hace del estado de la organización?

La construcción organizativa ha sido compleja, algo normal, porque toda la energía ciudadana que traíamos tenía que ser canalizada, organizada y distribuida para consolidar un partido político que tuviera capacidad de integración institucional. Las ideas estaban ahí, pero había que trasladarlas al marco institucional y eso requería capacidad organizativa. Ahora tenemos círculos en prácticamente todos los municipios, y eso se notó el 20D. Antes teníamos zonas blancas muy importantes y ahora tenemos en toda la Región ese suelo del 10% de voto que nos consolida como alternativa política. Seguimos construyendo Podemos con las dificultades y ventajas que tiene la propia naturaleza de un partido como el nuestro. La población urbana y joven es la matriz que ha formado Podemos. Esto se ve en los resultados del 20D. En los núcleos urbanos más poblados, la hipótesis Podemos funciona de manera muy coherente. En las zonas más ruralizadas, tenemos una consolidación del 15% de apoyo electoral. En ese umbral estamos en la Región, donde hay muchos entornos urbanos pero también con una naturaleza muy rural. Estos lugares son más refractarios a las propuestas de Podemos. Ahí tenemos que hacer un esfuerzo por comunicar lo que somos. En eso se va a centrar la estructura municipal de Podemos en los próximos meses. Que la gente vea lo que somos. Donde nos conocen directamente, como en barrios murcianos como Vistabella, La Fama o La Paz, hemos sido la primera fuerza.

¿Cuántas personas forman ahora mismo Podemos Murcia?

Las últimas cifras nos situaban en cerca de los 15.000. Pero el dato es del verano. Le puedo decir que en todos los municipios tenemos círculos o consejos ciudadanos.

¿Qué ha aportado Podemos a la política murciana?

Primero, un nuevo concepto de democracia. Cuando nosotros hablamos de que gracias a Podemos la gente normal ha llegado a las instituciones, no nos referimos a que antes no estuvieran, sino que se había producido una ruptura entre las formas de vida de los cargos políticos con respecto a la vida social. Si una persona en un momento determinado tenía que llevarse a su hijo a su puesto de trabajo, porque ese día cerraba la guardería, era perfectamente normal en la vida cotidiana, pero no lo era en el Congreso. Es normal ver a un compañero o compañera de trabajo con rastas, pero parecía que estas personas no podían saltar la barrera institucional. Hemos logrado llevar a las instituciones la variedad de nuestra realidad social. Además, vamos a establecer un orden de prioridades completamente distinto. Estamos consiguiendo que la agenda social se ponga encima de la mesa.

¿Ve al Gobierno de Pedro Antonio Sánchez diferente a los anteriores del PP en la Región?

Al principio nos sorprendió a todos, porque es verdad que a nivel discursivo se subió a ese carro de la nueva política. Pero las prácticas son enormemente decepcionantes. Recientemente leí las declaraciones de la consejera Noelia Arroyo sobre Acuamed. Seguir diciendo que la corrupción es un problema de garbanzos negros, es dar la espalda a la realidad y a la ciudadanía. La corrupción es un problema sistémico en la administración pública, donde hay prácticas viciadas porque no se da ni la prevención, ni el control ni la verificación del gasto público. Eso lo sabe toda la ciudadanía. El 3% lo podemos focalizar en Pujol, pero el pequeño empresario de la Región sabe que aquí también existe.

Tienen en su mano la moción de censura, lo que implicaría un acuerdo con PSOE y C's. ¿Lo sigue viendo posible?

Vamos a seguir trabajando para ello. En junio, Ciudadanos no tuvo la audacia, la valentía y el compromiso de cambio que había adquirido con la ciudadanía tras las elecciones de mayo. Creo que C's no estuvo a la altura. Ya en su momento le advertí a Miguel Sánchez de que el PP no iba a cambiar mientras estuviera en el Gobierno. Lo hemos visto estos meses. Nosotros seguimos sin descartar la opción de gobernar, asumiendo que es una opción compleja, que pasa por unas dinámicas de diálogo político distintas a las que estamos acostumbrados, en las que el interés de la gente estará por encima de los poderes fácticos. También espero el cambio en el Estado.

Uno de los escollos para que se forme un Gobierno de PSOE y Podemos es el referéndum catalán. ¿Cree que esta cuestión es prioritaria para sus votantes murcianos?

No, en absoluto. Así se lo hemos trasladado desde la Región al Consejo Ciudadano Estatal. Lo comprenden perfectamente. Nosotros creemos en este país y en que la Región tiene que jugar un papel estratégico. Tenemos que apostar por el modelo de entidad plurinacional. Los que están enfrentando a los españoles son los que van a terminar cargándose este país. A escala regional, Podemos apuesta por una reforma del Estatuto de Autonomía, para que se identifique a la Región como una entidad de derechos sociales y políticos, que nos lleve a dejar de tener un papel subsidiario en España.

Insiste usted mucho con el caso Auditorio, que afecta al presidente, y preside la comisión de investigación sobre el mismo. ¿Qué ve en este caso?

Este caso es el síntoma palpable de una forma de hacer política que debe erradicarse de las instituciones. En este caso son seis millones de euros y en el caso de la desaladora de Escombreras son 600 millones, pero al final es lo mismo. Se trata de arrogarse un uso de las instituciones públicas de manera claramente patrimonialista, tomando las decisiones de manera poco transparente y poco democrática, saltándose la ley según su conveniencia. El caso Auditorio es la punta del iceberg de algo más grave: la connivencia del PP con determinadas empresas y políticas con el fin de obtener rendimientos económicos para el partido.

Si hay elecciones, ¿será posible la confluencia con IU?

El diálogo abierto por parte de Podemos fue siempre sincero. Proponemos una concepción de política de partido y una metodología de participación distintas. Cuando tenemos enfrente a un partido que entiende la confluencia exclusivamente como una suma de siglas, podemos dialogar durante meses, pero no va a servir de nada. No puede haber esquinas de un tablero que condicionen a la mayoría. Pero seguimos invitando a los amigos y amigas de IU a que reflexionen de verdad.