Ya lo advirtió el secretario de Estado de Medio Ambiente, Pablo Saavedra, y lo confirmaron ayer fuentes de Acuamed: el Ministerio va a revisar con lupa todos los proyectos de la sociedad estatal. En la Región hay tres que se verán especialmente afectados puesto que están ya en marcha y se va a retrasar su conclusión.

Uno de ellos es la modernización de los regadíos de la vega Alta. Un convenio firmado con el Heredamiento de Molina de Segura y cuya inversión total asciende a 18,5 millones de euros. Según Acuamed la obra está en ejecución y afecta a los municipios de Archena, Molina y Lorquí.

Otro, centrado en Alhama y con convenios con dos empresas hortofrutícolas, tiene un presupuesto de 1,1 millones de euros. La actuación contempla la ampliación de la red de distribución de la desaladora de Valdelentisco con la zona del Cañarico, para distribuir más de 1, 6 hm3 de agua a esas empresas.

Puerto Lumbreras, sin suerte

El tercero, afecta de lleno a la comunidad de regantes de Puerto Lumbreras, y algo a la de Lorca. En el primer caso, se trata de la conexión entre la red de distribución de la planta desaladora de Águilas y la red de riego de Puerto Lumbreras, para que pueda recibir directamente los 5 hm3 de agua

que tienen otorgados. La inversión ha rondado los 4 millones de euros. Las obras ya están acabadas, pero no pueden utilizarlas porque falta la certificación. Y también falta que el director territorial de Acuamed, Jaime de Miguel, investigado en la operación ´Franchino´, firme la autorización para que la empresa Iberdrola pueda conectar la luz para que funcionen las impulsiones de agua. «La obra se tenía que haber certificado el 31 de diciembre aunque, sin darnos razones, De Miguel ya nos dijo que, pese a estar terminada, no iba a cumplirse el plazo», recuerda el vicepresidente de los regantes del Puerto, Francisco Sosa. Ahora, se temen que una obra de la cual dependen 2.500 familias y varias empresas, duerma el sueño de los justos. Y tampoco tienen consigo el que si Bruselas reclama la devolución de las ayudas (el 80% de la obra), no les toque pagar. «Pero nosotros no podríamos hacernos cargo de ese gasto; imposible», apunta.