Los regantes del Guadalentín están que trinan. La investigación de la sociedad estatal Aguas del Mediterráneo, Acuamed, que lleva a cabo desde el lunes la Guardia Civil por presunto fraude en los contratos, pone en jaque las obras de impulsión del agua de la desaladora de Águilas que permitirían regar a todo el valle.

Más de 18.000 hectáreas y casi 12.000 comuneros de Lorca y Totana dependen de esta obra para conseguir un agua especialmente necesaria en plena sequía y cuya ejecución, por 6,5 millones de euros, tenía que sacar a concurso Acuamed.

Con la tubería entre la desaladora y el valle del Guadalentín que está a punto de concluirse -y que tiene una longitud de 26 kilómetros- sólo es posible hacer llegar el agua de la planta aguileña al 30 por ciento del terreno regable, mientras que el resto necesita de 3 impulsiones.

Estas tres propulsiones deben distribuir los recursos al 70 por ciento restante del territorio -parte de Lorca y la totalidad de los regantes de Totana-. De otra manera, el agua no tendría suficiente presión para atender los riegos por goteo. (Ver LA OPINIÓN del 6 de noviembre 2015).

«Ya la semana pasada, y antes de toda esta investigación, le pedimos al ministerio de Agricultura que permitiera a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) ejecutar la obra, pero se negaron; hoy hemos exigido a la ministra que la transfiera», comentó ayer el presidente de los regantes del Lorca, Juan Marín. De no hacerlo así, «nos tememos que va a haber un problema, y gordo, en la zona», advirtió Marín.

Los comuneros indicaron que, «afortunadamente», la ejecución de la tubería que iba a realizar Acuamed se había transferido a la CHS, «que la ha hecho a un ritmo y nivel de ejecución ejemplar del que no sería capaz Acuamed», según el presidente de los regantes.

Los agricultores habían contado con este agua extra a partir de marzo, «unos recursos que nos permitirían aguantar esta tremenda sequía, porque si no cambia la situación en la cabecera del Tajo sabemos que a partir de ese mes no va a haber nada que repartir y la cerilla está encendiéndose», subrayó Marín.

La desaladora de Águilas -propiedad de Acuamed- comenzó a funcionar en febrero de 2013 y está preparada para producir 180.000 m3/día (60 hm3 al año, ampliables a 70). Esto viene a ser un trasvase mensual del Tajo al Segura en condiciones normales.

Hasta octubre del año pasado, la desaladora, que costó 240 millones y recibió financiación europea, ha producido más de 25 hm3 de agua (en 2014 fueron 20 hm3): 15 hm3 para los regantes aguileños, 5 para la comunidad de Pulpí, otros 5 para Puerto Lumbreras y 23 para Lorca.