Casi la mitad de las empresas familiares han aumentado sus ventas y esperan seguir incrementándolas en 2016, mientras que el 26,9% ha ampliado su plantilla, según revela el Barómetro de Amefmur correspondiente al segundo semestres de 2015, presentado ayer. La encuesta, en la que han participado 138 compañías, muestra que la economía familiar está pasando de la etapa «de recuperación a la del crecimiento», según indicó el director de la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum y coordinador del Barómetro, Ángel Meroño. Uno de los signos que ratifican la buena marcha de la economía es la inversión, que han incrementado el 26,3% de las firmas encuestadas, mientras que la han mantenido el 55,6%.

También las exportaciones han mantenido la buena marcha de los semestres anteriores, dado que han aumento en el 18% de las compañías encuestadas, frente al 10,8% que creen haber empeorado sus ventas al exterior.

El Barómetro de Amefmur, que ha cumplido diez años, mantiene ya seis semestres consecutivos de mejora, según indicó Ángel Meroño. El director de la Cátedra de Empresa Familiar considera especialmente positivo que el 44% de la empresas reconozca que su situación ha mejorado en el último semestre.

El 48,5% admite que ha aumentado sus ventas y un 87,3% mantiene o ha aumentado su plantilla en consonancia con la cifra de negocio. La mayor actividad empresarial se está traduciendo también en nuevas perspectivas de inversión, que aumenta en el 26,9% de las compañía consultadas, mientras que el 55,6% apuesta por la continuidad.

Los precios, por el contrario, no acaban de despuntar, en consonancia también con la evolución que está teniendo el IPC en la Región. Apenas el 5,9% de las empresas consultadas ha registrado alzas en sus precios, aunque las conclusiones del Barómetro indican que «se observa un repunte y una expectativa de alto crecimiento para el primer semestre de 2016. Para este año «la cifra de negocio, inversión y exportaciones manifiestan una expectativa positiva, salvo lo concerniente al empleo, cuyas expectativas sufren un retroceso».

Para Ángel Meroño, uno de los datos más positivos es que el crédito ha dejado de ser la principal preocupación de las empresas, que ya «no se quejan de problemas de financiación, lo que es una buena noticia». Esta mejora permite que un 64% se plantee su continuidad, mientras un 18% se prepara para ceder la dirección a la siguiente generación. Solo un 4% está planteándose la venta de la compañía, una proporción que se ha reducido tres puntos. Otro 5% ha optado por cierre.

En este momento, las mayores dificultades para las empresas son «el aumento de la presión competitiva y la debilidad de la demanda, que tiene menos importancia respecto a estudios anteriores». A continuación, los empresarios familiares sitúan las dificultades de financiación, pero también con una clara caída. El Barómetro refleja también la preocupación de las empresas por «la incertidumbre política».