La patronal de las gasolineras de la Región asegura que los fallos en los surtidores de carburante detectados en las inspecciones de la dirección general de Industria en ningún caso obedecen a la mala fe de los empresarios ni a ningún intento de «robar a sus clientes», sino a los desajustes en los sistemas que origina el uso de los dispositivos. El presidente de la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de la Región, Francisco Pellicer, respondía así a la información difundida por la consejería de Desarrollo Económico, Turismo y Empleo, en la que se decía que se han encontrado treinta surtidores cuyos sistemas de medición funcionaban incorrectamente. Pellicer señaló que esta cifra no llega ni al 1% del total y destacó que la proporción resulta muy baja en relación al resto de comunidades autónomas.

Según el balance de las inspecciones realizadas por la dirección general de Industria, durante el año pasado han sido verificados 5.850 expendedores de carburante en las 309 estaciones de servicio de la Región para comprobar que «cumplen con los controles metrológicos», lo que significa que «no existe error alguno en cantidad de carburante expendido». Del total de surtidores verificados tan sólo se detectaron irregularidades en 30 medidores, que quedaron en ese momento fuera de uso, según indicó la Consejería.

El presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio destacó que la existencia de apenas una treintena de surtidores defectuosos no puede atribuirse a «la malicia» de los empresarios ni a un intento de «robar, dado que el sector no pretende maltratar a los clientes, sino todo lo contrario», debido a que la constante caída de las ventas de carburantes obliga a las empresas a hacer lo posible para mantener su negocio y tratar de resistir. «Una cosa es tener un aparato manipulado y otra muy distinta que se vaya desajustando con el uso». Añadió que, además, «en manos de los consumidores está la posibilidad de presentar una hoja de reclamación»

La directora general de Energía, Actividad Industrial y Minera, Esther Marín, también considera que la proporción de surtidores que funcionan de forma incorrecta es irrelevante, al tiempo que recordaba que el porcentaje de las gasolineras sancionadas ha bajado del 80% al 20% desde el año 2011 . Señaló que «existe un margen de error legal no superior a los 10 céntimos de euro por cada 20 euros de carburante. No obstante, no se presupone que siempre ha de ser desfavorable para el cliente, sino que a veces ocurre que lo sea para la gasolinera».

Añadió que las sanciones más habituales se deben a que «no cuenten con el certificado de inspección periódica de los depósitos, que presenten defectos en los carteles anunciadores o que no dispongan de la revisión eléctrica anual, pero es poco común detectar irregularidades en la cantidad de carburante que expenden los surtidores de la Región».