El Tribunal Superior de Justicia ha desestimado el recurso presentado por una profesora contra la orden de la consejería de Educación que no accedió a jubilarla, como había solicitado, por incapacidad permanente para el servicio. La sentencia indica que no se ha probado suficientemente que esta profesora no se encuentre en condiciones de seguir desarrollando su actividad. La docente alegó distimia, síndrome cervical, discopatías cervicales y lumbares y otras patologías.