Es el mediodía del jueves, víspera de Nochebuena, y Pedro Antonio Sánchez (PAS) recibe al equipo de LA OPINIÓN en San Esteban con un considerable catarro, perceptible en su voz y en su cara. Pero sigue al pie del cañón y no piensa suprimir ningún acto de su cargada agenda. El presidente hace balance de estos primeros seis meses y marca los retos del año que entra, apasionante a la vez que incierto.

¿Qué balance hace de las elecciones generales?

Hemos obtenido un buen resultado. Estas elecciones eran diferentes a todas las anteriores y se sabía desde hace tiempo que iban a ofrecer un arco parlamentario distinto y distante. El análisis que hago es que Rajoy es el único presidente de Europa que se ha enfrentado a la crisis, que ha sacado a su país de la crisis y que ha ganado luego las elecciones. El PP ha ganado claramente, con una diferencia importante respecto al segundo, tanto en escaños como en votos. Con respecto a hace cinco meses, el PP ha incrementado su voto, tanto a nivel nacional como regional. ¿Ahora qué toca? Bajo mi punto de vista, debería gobernar el partido más votado. Creo que en este país ha faltado valentía en legislaturas anteriores para llevar a cabo una reforma electoral que garantizase eso. Yo soy partidario de la segunda vuelta. El PP ha propuesto hacerla en los municipios, pero creo que hay que extenderla a las comunidades autónomas y al Estado. España no puede perder ni un minuto, no digamos ya días. Cada día que pase son días en los que no se toman decisiones para consolidar la recuperación económica, para perseverar en las reformas necesarias. Hay que recuperar empleo y estamos en un punto crucial para continuar en la recuperación o rezagarnos y quedarnos atrás.

¿Qué cree que va a pasar a partir de ahora en España?

Ha ganado el PP y debe gobernar el PP. Ahora los partidos van a demostrar si les preocupa España y los españoles o su estrategia electoral. Tenemos que recuperar credibilidad con la sociedad. Estar a la altura de las circunstancias en esta situación es una buena oportunidad para recuperar la confianza de los ciudadanos en la clase política. Hay que pensar en España y no en clave interna. Yo soy optimista, aunque no va a ser fácil.

Un Ejecutivo liderado por el PSOE con el apoyo de Podemos y otras formaciones nacionalistas, ¿trastocaría mucho los planes de su Gobierno?

Un Gobierno de ese tipo sería un castigo para la Región, porque para ninguno de esos partidos Murcia es una prioridad. Nos arrinconarían. Pero yo le garantizo que gobierne quien gobierne se va a encontrar un Pedro Antonio Sánchez reivindicativo, exigente, que no estará dispuesto a ceder en nada para solucionar los problemas de la Región. Murcia tiene que ganar peso en Madrid, recuperar influencia y poner cifras a esa influencia en inversiones, infraestructuras, agua... Voy a mantener un nivel de exigencia altísimo, porque no quiero defraudar a los murcianos. La diferencia es que con Rajoy esa exigencia se traduciría en consensos y compromisos y con los demás sería una batalla permanente. Sería preocupante para los murcianos porque ninguno nos va a tener como prioridad.

¿Cuál sería, a su juicio, la alianza más beneficiosa?

Hay que ser prudente. El otro día intervine en el Comité Ejecutivo Nacional del PP y dije dos cosas. Primero, que se había hecho una buena precampaña y campaña, creo que hemos ganado votos en la campaña. Segundo, que había que dejar manos libres a Rajoy para que hable con quien considere para la gobernabilidad del país, poniendo a España por encima de todo. El límite está en los partidos constitucionalistas o no, en los partidos que apuestan por un concepto de país o los que están dispuestos a desguazarlo.

¿Piensa que la subida del PP en la Región con respecto a las autonómicas se debe a la acción del Gobierno que preside?

Me gusta muy poco echarme flores, y menos en público. Al revés. Soy autoexigente, hasta límites insospechados. Eso lo sufre sobre todo mi equipo. ¿Qué ha pasado en Murcia? Desde luego no estaremos haciendo las cosas tan mal para que después de cinco meses gobernando hayamos subido cuatro puntos. Tengo la confianza de que si las elecciones hubieran sido municipales y autonómicas el resultado hubiera sido mucho mejor, y hubiéramos recuperado numerosos ayuntamientos. En la Región estamos cumpliendo nuestras promesas electorales desde el primer día. En el primer mes, bajamos los impuestos, eso no lo ha hecho nadie. Hemos llegado a un acuerdo de financiación plurianual de las universidades, hemos abaratado el agua desalada, hemos desbloqueado proyectos estratégicos como la variante de Camarillas, la regeneración de Portmán, la llegada del AVE a Murcia, Cartagena y Lorca. Además, soterrado. Hoy no hay nadie en la lista de espera de Renta Básica, hemos desbloqueado la lista de espera en Dependencia... Así podría seguir hablando de logros, que son de todos, no solo del Ejecutivo regional. Lo que hemos hecho en estos meses no lo ha hecho ningún Gobierno autonómico.

¿Ha sentido la tentación de adelantar las elecciones autonómicas ante el buen resultado?

En absoluto. Las cosas van bien y hay que continuar en la senda de las reformas. Esta semana he dicho en la comida de diputados del Grupo Popular que voy a hacer todo lo posible para que no haya elecciones en Murcia el año que viene.

Ahora que han pasado las elecciones, ¿tiene previsto hacer algo para apuntalar el acuerdo que tiene con Ciudadanos?

Mire, este Gobierno está haciendo lo que tiene que hacer para imprimir a la Región un buen ritmo de crecimiento y creación de empleo. Creo que esta legislatura va a ser un ciclo positivo, donde la Región va a ganar músculo económico. El que ponga esto en riesgo tendrá que dar explicaciones a la sociedad. El Gobierno va a seguir trabajando en esta línea. Si otros dan vaivenes y están más influidos por estrategias partidistas, tendrán que dar explicaciones. Me parece un error absurdo haber retrasado la aprobación de los presupuestos de la Comunidad a finales de enero. Murcia y Cataluña han sido las únicas comunidades que no han votado sus presupuestos. Eso no tiene justificación alguna, digan lo que digan. Es un mal mensaje a la sociedad. Nosotros propusimos incluso renunciar a la campaña y ningún partido siquiera valoró esa propuesta. Es el momento de ser serios y decirle a los murcianos que estamos en lo que hay que estar, intentando ser útiles, solucionando problemas y no creándolos.

Es que el acuerdo tiene un punto primero, el de los imputados, que Ciudadanos estima que no se cumple. Y ahora se abre otro frente en Molina de Segura...

Nosotros estamos cumpliendo el acuerdo de investidura, del punto 1 al 43. El acuerdo se redactó en Barcelona, y fue el mismo acuerdo para toda España. Por cierto, se quedó en la mitad de los puntos por decisión de Barcelona, nosotros queríamos incluir más de 90 puntos. Ellos son los que tienen que explicar por qué interpretan el acuerdo por barrios. No esperábamos tanta originalidad. En el ámbito de la corrupción, seremos ejemplares. Nadie involucrado en un caso de corrupción política va a seguir en un cargo público en el PP.

¿Qué es para usted corrupción política?

Lo que es para cualquier persona que ahora mismo está pensando en eso. Corrupción política es lo que dijo Albert Rivera que era. Y cito textualmente: «Una cosa es meter la pata y otra meter la mano».

Otros juristas dicen que cualquier delito contra la Administración, como la prevaricación o la malversación, sí son corrupción política...

Yo firmé un pacto político con el partido de Albert Rivera que se redactó en la sede de ese partido. La definición de ese señor es la que le he dicho antes. Si ahora quieren utilizar esto para sacar votos, que lo digan. No se puede interpretar un acuerdo por barrios. Hay que ser serios en la vida, sobre todo en cosas como esta. Vamos a estar en lo importante. No voy a dejar de cumplir el acuerdo con Ciudadanos ni voy a decepcionar a los murcianos. Si se detecta corrupción política de un cargo en el Gobierno, durará segundos en el Ejecutivo.

Entiendo que para usted el caso del auditorio de Puerto Lumbreras no es corrupción...

Por lo que yo supe de ese tema siendo alcalde, tengo la seguridad de que las cosas se han hecho bien y se van a poder aclarar pronto. Aquí estamos ante un ayuntamiento que consigue una subvención para construir un auditorio y la justifica. Llega la crisis y confía en una segunda fase para continuar las obras. Todo lo que se ha hecho ahí se ha justificado y coincide con el valor de lo construido.

De momento todos los cargos políticos que tuvieron relación con la obra, incluidos antiguos ediles suyos, han acabado imputados. ¿Le inquieta?

No es agradable para ellos, pero sé que es gente muy honrada y de la que me siento muy orgulloso. Aquellos equipos de Gobierno consiguieron el 68% de los votos. Solo intentábamos lograr lo máximo para Puerto Lumbreras. Ante esa dedicación, la ruindad y mezquindad de otros partidos que quieren acabar con nosotros como sea. Es un tema político. De la mala política.