La administración de loterías número uno de Las Torres de Cotillas, llamada igual que la patrona de la localidad, la Virgen de la Salceda, fue el origen de 150 décimos del número 52215, agraciado con uno de los cuartos premios en el Sorteo Extraordinario de Lotería de Navidad celebrado ayer. De la administración que regenta desde 1986 Fuensanta Aupí Vicente salieron 150 décimos premiados cada uno de ellos con 20.000 euros. La mayoría fueron vendidos en ventanilla. Otros diez los repartieron los vendedores Antonio Carrillo y María Dolores Gómez Bernal por Sangonera la Seca y Mercamurcia.

«Es la primera vez que damos un premio grande del sorteo de Navidad», señalaba emocionada la dueña de la administración, Fuensanta Aupí, que ayer se acordaba especialmente de su padre, fallecido este año, quien le animaba siempre para que no perdiera la esperanza. «Vendimos en 2006 el primer premio del Niño, repartiendo 100 millones de euros, y un tercer premio de este sorteo. Mi padre siempre me decía que no hay dos sin tres, y vaya si tenía razón», relata Fuensanta Aupí, quien resalta el trabajo que supone para los loteros el sorteo de Navidad.

«Vendemos desde el mes de julio y los quince últimos días son una auténtica locura, con un ritmo frenético. Por eso cuando termina el sorteo y no has dado ningún premio, te sientes muy desilusionada. Por eso te puedes imaginar la alegría que tengo ahora mismo», señalaba ayer Fuensanta, abrazada a su madre, Clementina Vicente, que la acompañó en la administración desde que supo que había repartido el cuarto premio.

El número 52215, además, se vendió especialmente bien. Principalmente, por la terminación, el 15, «la niña bonita». «La gente, sobre todo en los últimos días, suele pedir la terminación coincidente con el año en curso. Este año se han venido muchos décimos que acaban en 15, igual que el año pasado se vendieron los finalizados en 14 y el año que viene seguro que se venden los que acaben en 16», indica la administradora, quien dice que hasta la tarde de ayer estuvieron vendiendo participaciones.

Fuensanta y sus empleadas descorcharon botellas de champán y se convirtieron en el centro de atención de los torreños que caminaban por la calle Mayor. «¿Es que ha tocado el Gordo?», preguntaban algunos curiosos que caminaban o circulaban con sus vehículos por la principal avenida de una localidad que ha crecido mucho en los últimos años gracias a la proliferación de urbanizaciones.

Fuensanta Aupí aseguraba que algunos premiados habían pasado por la administración tras conocer la buena noticia, pero ante de que llegara la avalancha de medios de comunicación. «Algunos salieron en la tele cuando tocó el Gordo del Niño en 2006 y después se arrepintieron», comentaba una trabajadora de la ´Virgen de la Salceda´.