«Sabía que íbamos a dar un premio, es que lo sabía». Así reaccionó el propietario del bar Los Peques, Francisco Meroño, al enterarse a través de LA OPINIÓN de que en su ventanilla (se trata de un establecimiento mixto) había vendido, al menos, un décimo del 43221, que estuvo agraciado en el Sorteo de Navidad de la Lotería Nacional de ayer con un quinto premio de 60.000 euros a la serie.

Nada más conocer que había dado un premio, los vecinos que a esa hora se encontraban en el local sito en la calle Alhucemas de la barriada José María de Lapuerta donde se levantan las casas de reninería, en el Barrio Peral de Cartagena, estallaron en muestras de júbilo y vítores.

Sobre el agraciado del premio, Meroño tan sólo esperó «que se haya vendido mucho y esté muy repartido». Esas fueron sus primeras palabras ante el aluvión de medios que se congregó en el establecimiento al ser el primer premio que ayer cayó en la ciudad, aunque luego vendría el cuarto premio que vendió el bar Pedrín de El Albujón.

Al cierre de esta edición, Meroño aún desconocía cuántos décimos vendió por el terminal, ya que «hemos llamado durante todo el día a la central pero parece que están teniendo problemas para contabilizar los décimos y aún no sabemos nada».

De todas formas, la fiesta en el establecimiento comenzó con la llamada de esta Redacción y continuó durante toda la mañana. «La verdad es que es de agradecer el trato que siempre me han dado los vecinos de la barriada. Se trata de un barrio obrero, pero de gente muy cercana que siempre ha estado ahí cuando lo he necesitado y ahora me llena de alegría que yo haya podido devolver algo de todo ese afecto que siempre me han brindado», dijo Meroño, quien añadió que «sería la mayor alegría de mi vida habérselo vendido a gente que de verdad lo necesita y le ayude, porque hay gente por aquí que lo está pasando muy mal».

Las muestras de alegría entre los vecinos no se hicieron esperar y poco a poco fueron llegando al bar para tratar de averiguar quién había sido el agraciado.

Villancicos y pulpo

Aquellos que acudieron al establecimiento se llevaron también una alegría, ya que Meroño celebró su venta con una botella sidra que repartió entre los clientes, que entonaron villancicos. Asimismo, en riguroso directo en la radio regional, el propietario del local no se cortó a la hora de invitar a todo el que quisiera pasarse por su establecimiento a degustar sus platos. «Acabo de sacar pulpo a la gallega y buñuelos de bacalao», decía entre abrazos de los vecinos.

Para el Sorteo del Niño, Meroño afirmó que ya está recibiendo peticiones de terminaciones concretas, como la del 15. «La verdad es que muchos ya me han preguntado por ´la niña bonita´, al igual como por el 13, aunque este no se vende por terminal», dijo antes de continuar con su jornada laboral.