Poco más de 100 hm3. Eso es lo que, en el mejor de los escenario posibles, calculan los regantes del Trasvase Tajo-Segura que tendrán para cubrir sus necesidades este año hidrológico si la meteorología no cambia y mejoran las reservas de los pantanos de cabecera del Tajo. Esta cifra no llega ni a un tercio de la cantidad de agua que suelen utilizar estos regantes al año para atender sus cultivos, y que suele rondar los 350 hm3, según reconoció ayer el presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats), José Manuel Claver.

Estos recursos saldrían de los pozos de sequía y de los del Sinclinal de Calasparra; del agua desalada; y de la compra de excedentes a otras comunidades de regantes, que negocian estos días.

Claver, que presidió en Murcia la Asamblea general ordinaria del Sindicato, reconoció que «en estos momentos barajamos migajas, soluciones no hay; la única solución es que llueva lo suficiente para que se llenen los embalses de cabecera y podamos volver a recibir agua del Trasvase».

Los regantes también están preocupados porque a partir del 1 de enero la reserva estratégica de los pantanos de Entrepeñas y Buendía se eleva en otros 32 hm3, fijándose en 336 hm3 la cantidad mínima por debajo de la cual no se puede trasvasar a la cuenca del Segura agua ni para regar ni para beber. «Los agricultores tendrán que hilar muy fino en las planificación de sus plantaciones», advirtió el presidente.

Durante la Junta, la presidencia hizo balance del año hidrológico pasado -que concluyó el 30 de septiembre-, destacando que «todo el mundo está satisfecho porque se regó como estaba previsto y a nadie le faltó agua», apuntó Claver.