Si éramos pocos... Eso es lo que subyace bajo la petición del presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS), José Manuel Claver, al de la Mancomunidad de Canales del Taibilla, Adolfo Gallardo: «Lo que deben hacer es desalar más agua y no comprar aguas sobrantes a las comunidades de regantes». Claver responde a las declaraciones que Gallardo realizó a LA OPINIÓN (domingo 13) en las que manifestó su intención de comprar agua para beber a comunidades de regantes para paliar la falta de recursos.

Y es que, si no ocurre un milagro en forma de 'diluvio universal', a partir del 1 de enero no va a llegar a la cuenca del Segura ni una gota de agua de la cabecera del Tajo para beber, y mucho menos para regar. Desde esa fecha la reserva estratégica intocable de los pantanos, recogida en el Memorándum, se incrementa en 32 hm3, pasando de 304 a 336 hm3. Y en los pantanos ayer sólo había almacenados 321,8 hm3.

La petición de Claver al presidente del Taibilla tiene una razón económica, principalmente, ya que el precio del agua desalinizada no baja de los 30 céntimos/m3, mientras que el de las comunidades de regantes se negocia a partir de los 10 céntimos/m3 de la tarifa del Trasvase.

El SCRATS lleva desde que comenzó el año hidrológico -1 de octubre- negociando con comunidades de regantes para obtener recursos con los que regar. «A cortísimo plazo tenemos disponible entre uno 15 hm3 de agua desalada que no hemos gastado, junto con los pozos de sequía; pero necesitamos más para el resto del invierno», apuntó Claver. De hecho, la próxima semana tiene una reunión en Valencia con los representantes de la Acequia Real del Júcar para intentar cerrar un acuerdo de compra de unos 10 hm3 de agua. Pero todo esto no deja de ser poner parches: «Lo que esta cuenca realmente necesita es un Plan Hidrológico Nacional para la próxima legislatura; si no, no sé qué futuro nos espera», subrayó.