La Comisión de Garantías de Comisiones Obreras ha dado la razón a la candidatura de Salvador Soto y ha ordenado repetir el congreso extraordinario del pasado 14 de noviembre sin el voto de los tres miembros de la gestora que no están afiliados en Murcia, quienes depositaron sus papeletas en la urna al grito de «¡tongo, tongo!». Entre ellos figura el que fue presidente de la comisión que ha estado al frente del sindicato en la Región desde el mes de enero hasta el pasado noviembre, Carlos Bravo, que es secretario de Protección Social y Políticas Públicas de la ejecutiva confederal. La resolución difundida ayer establece un mes de plazo para repetir la votación en la que salió elegido Ángel Soler, secretario general de la Federación Agroalimentaria, por dos votos de diferencia.

Ángel Soler fue elegido con 47 votos, frente a los 45 de Salvador Soto. Aunque el congreso ya había sido anulado por la Comisión de Normas Internas, a la que había acudido la candidatura ganadora para denunciar a los delegados afines a Soto que exhibieron su voto, tachando este comportamiento de «provocación», prevalece la resolución del órgano de resolución de conflictos conocida ayer sobre la anterior.

La Comisión de Garantías ve «reprobable» este comportamiento, aunque no lo considera motivo suficiente de anulación. Tampoco admite que la exhibición del voto pudiera alterar el resultado de la votación ni llegara a impedir «el voto libre y secreto». El órgano de resolución de conflictos, que preside el dirigente murciano del sector ferroviario Antonio del Campo, ordena repetir en el plazo de un mes el congreso extraordinario hasta el momento previo a la celebración, lo que significa que da por bueno todo el proceso precongresual y las asambleas previas en las que fueron elegidos los delegados con derecho a voto el 14 de noviembre. Remite a anteriores resoluciones en las que se dilucidaban situaciones parecidas y establece que, ante el ajustado resultado, el voto de los tres representantes de la dirección nacional «no debió llevarse a cabo», dado que «influyó o pudo influir en el resultado final, provocando de este modo la nulidad del congreso».

La Comisión de Garantías concluye que «el congreso deberá ser nuevamente convocado por la comisión gestora en el plazo de un mes, contado a partir de la recepción de la presente, manteniéndose los mismos delegados que fueron elegidos para participar en el congreso anulado y con expresa advertencia a los tres miembros natos ajenos al ámbito de encuadramiento de CC OO-Murcia de no poder participar como electores en el proceso, por carecer de tal cualidad».

Respecto al «mantenimiento» de los delegados precisa que resulta «obligado por cuanto ningún vicio de nulidad concurre en éstos y resulta plena y escrupulosamente respetuoso con los derechos de participación y la voluntad expresada tanto por el órgano que nombró la comisión gestora como por la afiliación que eligió democrática y libremente a quienes tuvo por conveniente». Al retrotraer el proceso al momento previo a la acreditación de los delegados, la comisión gestora presidida por Carlos Bravo, «cuya composición y competencias deben mantenerse intactas», debe volver a asumir la dirección del sindicato.

Ángel Soler respondió que la resolución es «injusta y vulnera los derechos fundamentales de las personas afiliadas a CCOO». Anunció «una demanda por vulneración de derechos ante este atropello».