La cita anual de los farmacéuticos murcianos estuvo marcada por el emotivo recuerdo de Prudencio Rosique, quien presidió desde 1988 el Colegio de los Farmacéuticos de la Región hasta el pasado mes de marzo, cuando falleció como consecuencia de un infarto. Sus tres hijos recibieron ayer la medalla de oro del Colegio en la celebración de la festividad de la patrona de los farmacéuticos, la Inmaculada Concepción.

El «carácter especial» de la cita de este año, como así mencionaba la presidenta, Isabel Tovar, supuso un cambio de su festiva rutina de la celebración, que habitualmente se conmemoraba en una jornada nocturna, y que en esta ocasión comenzó a media mañana con una eucaristía en la sede del Colegio, en Murcia.

El capellán Faustino ofició una misa en honor a Prudencio y recordó la memoria de los compañeros fallecidos. Después, el salón real del Siete Coronas acogía a más de dos centenares de los miembros de la familia farmacéutica para celebrar el tradicional acto que da la bienvenida a los nuevos colegiados, así como reconoce a quienes alcanzan sus veinte y cinco y cincuenta años en la institución, además de los farmacéuticos que este año 'colgaron la bata' por su jubilación.

«Nos unimos generaciones diferentes de farmacéuticos que ejercemos una vocación de servicio», anunciaba Isabel Tovar en su primer alocución como presidenta en la fiesta de la patrona. Lo hizo reivindicando la labor de su profesión, «como vigilante de la salud, los más cercanos al paciente», y destacando también el trabajo de «los políticos», pues «Murcia es un ejemplo de cómo gobernar la crisis para que no se noten los problemas económicos y para que ningún paciente se haya podido quedar sin su medicación».

Tovar estuvo acompañada por el presidente de la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez, y la consejera de Sanidad, Encarna Guillén. «Han velado por los pacientes en los peores años de la crisis», dijo el presidente, quien añadió que queda «el ejemplo de Prudencio Rosique como dedicación esmerada a los pacientes». También estuvieron presentes el secretario general de la Consejería, Martín Quiñonero, el director gerente del Servicio Murciano de Salud (SMS), Francisco Agulló, y la directora general de Farmacia, María Teresa Martínez.

Minutos después, Óscar, Mario y Arancha subían al estrado para recoger la medalla de oro que el Colegio designó a su padre a título póstumo. Fue el momento más emocionante de una centenaria institución que no olvida a sus más ilustres trabajadores.