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Solo un 14% de las viviendas en venta estaría en poder del promotor tradicional, según el informe ´Radiografía del stock de vivienda 2015´ elaborado por Tinsa.

El estudio recuerda que la crisis «ha llevado a muchos empresarios a la insolvencia, al ser «incapaces de hacer frente a los compromisos derivados de los créditos asumidos». Añade que «las entidades financieras han hecho su aparición como nuevos propietarios de inmuebles», al tiempo que la Sareb y las propias entidades financieras «han surgido como nuevos actores del sector».

No todas las viviendas vacías tienen colgado el cartel de venta o de alquiler. Una de cada cinco casas desocupadas permanece fuera del mercado, porque sus propietarios prefieren esperar a que se recuperen los precios.

Los autores del informe añaden que «la decisión voluntaria de los propietarios de retener las viviendas también puede responder a cuestiones de estrategia comercial en zonas saturadas de viviendas en oferta porque se considera que no hay demanda solvente que justifique la rentabilidad al inversor».

También pesan «los obstáculos judiciales, los problemas derivados de las licencias de primera ocupación o los problemas generados por el cambio de titularidad de los inmuebles, principalmente en embargos y adjudicaciones».

Además, parte del parque de viviendas en desuso ha quedado fuera del mercado debido al abandono y a «los actos de vandalismo que han originado un gran deterioro» y obligan a realizar una gran inversión para volver a ponerlas en uso.