La Comisión de Interpretación de Normas de Comisiones Obreras ha anulado el congreso extraordinario del sindicato en la Región en el que Ángel Soler fue elegido secretario general tras una polémica votación, que hizo rebelarse a los partidarios de su contrincante, Salvador Soto.

Soler fue elegido el pasado 14 de noviembre en Cartagena por dos votos de diferencia gracias a las papeletas de los tres miembros de la comisión gestora que proceden de la dirección nacional del sindicato y no están afiliados en Murcia. Sin embargo, en la resolución difundida ayer no se cuestionaba ni se dilucidaba la actuación de los tres representantes de la ejecutiva confederal - que votaron al grito de «tongo, tongo»-, sino la impugnación presentada por miembros de la candidatura ganadora contra la exhibición del voto a Salvador Soto, un comportamiento que la Comisión de Interpretación de Normas tacha de «provocación».

En lugar de dilucidar la validez de los votos emitidos por los tres miembros de la gestora que no están afiliados en Murcia, encabezado por el presidente de la dirección provisional, Carlos Bravo, la Comisión de Interpretación de Normas ha considerado improcedente la ruptura secreto del voto y ha pedido a la ejecutiva confederal que nombre una nueva dirección provisional para que organice el nuevo congreso. Esta comisión califica de «muy graves» los incidentes» protagonizados durante el congreso «por el sector afín a Salvador Soto».

Los dos bandos que se disputan la dirección de CC OO en la Región llegaron al congreso del pasado día 14 con los ánimos caldeados, después de casi dos años de bloqueo de la dirección, lo que obligó al anterior secretario general, Daniel Bueno, a disolver su ejecutiva el pasado mes de enero.

Su puesto se lo disputaron el secretario de la Federación Agroalimentaria, Ángel Soler, que contaba con el apoyo del sector oficial. Las federaciones del sector público presentaron como candidato a Salvador Soto, secretario general de la Federación de Servicios a la Ciudadanía.

Ambos candidatos acudieron al congreso con unas fuerzas muy igualadas. Tras el voto de los tres miembros de la gestora que hizo rebelarse a la candidatura de Salvador Soto, fue elegido Ángel Soler por dos votos de diferencia.

La candidatura perdedora anunció entonces la impugnación del congreso y reclamó una nueva votación. La decisión de Madrid ha vuelto a dejar a la Unión Regional sin ejecutiva.

La anulación del congreso ha sumido al sindicato en el desconcierto, dado que nadie sabía ayer si la decisión de Madrid obliga a repetir todo el proceso precongresual, incluida la elección de los delegados que deberán elegir de nuevo al secretario general.

El voto particular emitido por uno de los miembros de la Comisión de Interpretación de Normas apunta en sentido contrario y propone convocar de nuevo a los delegados que habían sido elegidos en las asambleas.

Sin embargo, incluso se plantea la posibilidad de que, dada la proximidad del congreso ordinario que debería celebrarse en el plazo de unos trece meses, no se considere necesario otra convocatoria extraordinaria, teniendo en cuenta que las espadas siguen en alto y no se ven posibilidades de pacificación interna.

El secretario del Organización confederal, Fernando Lizcano, que ya ha mediado varias veces entre los dos sectores enfrentados en el sindicato desde hace varios años, volverá a viajar hoy a Murcia para aclarar la situación y poner en marcha la constitución de una nueva gestora.

Por su parte, Ángel Soler consideraba ayer que lo más oportuno sería encargar la dirección provisional a la ejecutiva elegida en el congreso extraordinario, en la que hay siete representantes de su candidatura y seis de la Soto, pero no está claro que esta fórmula llegue a prosperar.