El acuerdo firmado ayer para terminar la variante de Camarillas solo contempla una inversión de dos millones de euros en 2016 de los 36 que costará la obra, según informó el ministerio de Fomento. El grueso de la inversión necesaria para terminar el tramo de la línea de Chinchilla a Cartagena -que quedó interrumpido en 2010- se ejecutará en 2018, de acuerdo con el convenio que ayer firmaron la ministra de Fomento, Ana Pastor; y los presidentes de Adif, Gonzalo Ferre; de la Autoridad Portuaria, Antonio Sevilla; y del Gobierno regional, Pedro Antonio Sánchez.

Esta obra, que ha sido una de las principales reivindicaciones de la Región desde hace casi tres décadas, permitirá reducir en unos 20 minutos el viaje de Murcia a Madrid y alejará la vía actual del pantano de Camarillas, que podrá aumentar su capacidad de embalse en casi 100 hectómetros cúbicos.

Una resolución aprobada por el Consejo de Ministros el pasado mes de julio permitirá a la entidad que gestiona los puertos del Estado financiar infraestructuras de comunicaciones y obras de acceso a las instalaciones portuarios con cargo a sus propios remanentes.

Según explicó Fomento, «mediante este convenio, la Autoridad Portuaria de Cartagena y Adif promueven la mejora de las redes generales de transporte para tráficos de mercancías para ofrecer una adecuada intermodalidad marítimo-terrestre mediante una red ferroviaria eficiente».

En la Región se ha incluido en esta partida la terminación de la variante de Camarillas, que contará con una inversión de 36 millones a ejecutar entre 2016 y 2018. Sin embargo, el acuerdo suscrito ayer en Madrid solo contempla una partida de dos millones de euros para 2016. En 2017 se invertirán 12 millones, mientras que en 2018 se alcanzarán los 22 millones, lo que suma en total 36 millones.

Esta cantidad se destinará a instalar las vías sobre la plataforma construida desde el año 2010, así como los sistemas de comunicación y la señalización. Contempla también la ampliación de las estaciones de Cieza y Agramón (Albacete), con el fin de que puedan acoger trenes de mercancías de 750 metros de longitud. También incluye la construcción de un puesto de adelantamiento y estacionamiento de trenes.

El nuevo trazado acorta el trayecto entre Cartagena y Madrid en 17 kilómetros y supondrá un ahorro de tiempo de unos 20 minutos, dado que los trenes no tendrán que aminorar la velocidad al bordear la presa de Camarillas, como ocurre en este momento, debido al riesgo de desprendimientos. Además, la seguridad del nuevo trazado permitirá la circulación de convoyes de 22,5 toneladas por eje, según informó Fomento.

Por su parte, el Gobierno recordó que «las obras de superestructura fueron licitadas en enero de 2010 pero no llegaron a iniciarse». La decisión adoptada durante el mandato del Gobierno socialista se justificó también en el intento de concentrar toda la inversión de Fomento en la terminación del AVE, que debería haber llegado a la Región en 2014, pero en este momento sigue sin tener una fecha cierta -ante la controversia entre el ministerio de Fomento los vecinos de la zona sur de Murcia. Fomento y el Gobierno sostienen que la variante «mejorará la conexión ferroviaria del Puerto de Cartagena y de las instalaciones logísticas de Murcia con el centro y norte peninsular para el transporte de mercancías, potenciando el incremento de tráficos, la actividad económica y el empleo».