Las espadas siguen en alto en Comisiones Obreras después del congreso extraordinario celebrado el pasado sábado, en el que salió elegido Ángel Soler con el voto de los tres representantes de la ejecutiva confederal que formaban parte de la comisión gestora encargada de dirigir el sindicado en la Región desde enero.

El nuevo secretario general convocó ayer a los miembros de la nueva ejecutiva para constituir este órgano de dirección del que forman parte seis representantes de la candidatura de Salvador Soto, el aspirante que perdió la votación del sábado, pero ninguno de ellos se presentó. Acudieron los ocho representantes de la comisión pertenecientes a la candidatura de Ángel Soler, quienes aprobaron la distribución de los puestos de la ejecutiva.

El nuevo secretario general lamentó el plante de los dirigentes que se niegan a reconocer el resultado y señaló que la impugnación del congreso «es compatible con la asistencia a un órgano de dirección que debía constituirse». A su juicio, habría sido «más ético».

Mientras tanto, Soto se dirigió a la Comisión de Garantías para pedir al órgano presidido por el murciano Antonio del Campo que anule el congreso celebrado el sábado y convoque una nueva votación, en la que no puedan intervenir los miembros de la gestora no afiliados en Murcia. Según sus cálculos, ellos dieron la mayoría a Soler, quien ganó por dos votos. Soto cree terminado el plazo que tenía la Comisión de Normas para resolver su reclamación.