La dirección general de Calidad y Evaluación Ambiental sacó la semana pasada a información pública el Plan de Residuos, que estará operativo hasta 2020. La responsable del departamento que se ha encargado de elaborarlo. Encarna Molina, explica las claves del documento.

¿Qué objetivos se ha marcado la Consejería con este nuevo plan?

El plan lo hemos dividido en tres programas de residuos: domésticos, de la construcción y demolición, e industriales. Nuestro objetivo principal es cumplir con la Ley estatal de Residuos del año 2011 y con la normativa comunitaria, y para ello debemos reciclar el 50 por ciento de los desechos domésticos en el horizonte del 2020; ahora estamos en el 30%. Hacia esta meta van dirigidas las medidas y la inversión. Otro objetivo es reducir la generación de todo tipo de residuos, con carácter general, en un diez por ciento antes del 2020.

¿Dónde estamos ahora?

Depende de los cálculos. Una de las cosas que vamos a hacer con este plan es intentar homogeneizar el sistema de cálculo de los residuos, puesto que hay muchos casos en los que, pese a que reciclan bien, no contabilizan. Y es una de las demandas que vamos a hacer desde la Región de Murcia al Ministerio. Por ejemplo, computaría el reciclaje de los residuos agroalimentarios, que ahora no se tienen en cuenta en el apartado de domésticos.

¿Está satisfecha del comportamiento de los ciudadanos con el reciclaje? ¿O se necesita una mayor concienciación?

Es muy importante que el ciudadano sea consciente de que sus hábitos de separación de los residuos en el hogar son fundamentales para conseguir estos objetivos. Que no se desmotive. Tiene que separar en casa, y luego utilizar los contenedores que están en la calle. Si lo hace, ya se está potenciando el reciclaje de esos residuos, que luego van directamente a plantas de tratamiento.

Muchas veces no sabemos dónde tirar cierto tipo de objetos y los mezclamos con la basura orgánica. O se nos escapa alguno.

En ese caso, los que se depositan en los contenedores grises, van a las cuatro plantas públicas de tratamiento, que están en Murcia, Cartagena, Lorca y Ulea y donde, mediante procesos de separado, son sometidos a una nueva selección, y se recuperan aquellos que pueden ser reciclados. Pero todo lo que el ciudadano directamente deposita en cada contenedor contribuye a cumplir los objetivos marcados. Y evita que llegue basura a los vertederos.

Pero hay gente que no se fía de que una vez recogidos, no terminen mezclados en las plantas de tratamiento.

Es cierto que los mensajes negativos, bien por una mala gestión del servicio de recogida, o por algunas noticias que aparecen en los medios, pueden desmotivar al ciudadano. Pero eso no ocurre. No es cierto. Las plantas de tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) públicas han recibido una inversión de más de 30 millones de euros en los últimos años para mecanizar los procesos y mejorar su rendimiento, pues estaban obsoletas y la separación se hacía a mano. Están modernizadas ya las de Murcia y Lorca y se está acabando en las de Cartagena y Ulea.