La consejera de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, Adela Martínez-Cachá, defendió ayer en Zaragoza, en un marco antitrasvasista por excelencia un pacto nacional del agua que incluya los trasvases entre cuencas, como la solución a la falta de agua que sufre la cuenca del Segura.

La consejera participó en la sesión 'El Ebro y los límites de su explotación', enmarcada en las XIX Jornadas de Energía y Medio Ambiente organizadas en la capital maña por el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Industriales de Aragón. En este marco, argumentó que «somos trasvasistas porque el abastecimiento a 2,5 millones de personas, los 100.000 puestos de trabajo que genera y el 5% del PIB nacional dependen de ello», en referencia a la necesidad de mantener los envíos del Tajo.

Martínez-Cachá recordó que en la Región se reutiliza la práctica totalidad de las aguas residuales depuradas; que el 85% de la superficie de regadío está modernizada y que se ha previsto el uso de 160 hm3 de agua desalada en el horizonte del año 2021. Además, puntualizó, «los usuarios pagan sus costes», como manda la UE.

Y mientras ella defendía esta postura, los presidentes socialistas castellano-manchego, Emiliano García-Page, y aragónes, Javier Lambán, ya habían hecho palpable un pacto en defensa de todo lo contrario.