Reducir en un diez por ciento la basura que generamos los ciudadanos de la Región de Murcia -que ronda las 650.000 toneladas al año, según datos de 2014- y reciclar un 20 por ciento más, hasta alcanzar el 50 por ciento, son los objetivos principales que se ha marcado el nuevo Plan de Residuos en el horizonte 2020.

Para ello, la consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, a través de la dirección general de Calidad y Evaluación Ambiental, va a invertir en los próximos cinco años 41 millones de euros, cofinanciados con fondos europeos Feder.

Uno de los principales programas del plan, y donde más margen de acción tiene la Administración, se refiere a los Residuos Sólidos Urbanos (RSU), lo que vulgarmente denominamos basura doméstica. «Estamos en un momento muy complicado pues para lograr ese objetivo debe mejorar mucho el reciclaje de los residuos domésticos, y se debe evaluar muy bien el binomio coste/beneficio», explica Alfonso Sánchez, técnico de Calidad y Evaluación Ambiental. Y añade que alguien deberá asumir el incremento en el costo, porque el recibo subirá.

Uno de los principales problemas es que el compost que se genera en las plantas no tiene salida en el mercado, ya que los agricultores, que son potenciales ´clientes´, no lo quieren.

Para buscar el modelo de reciclaje que más se adecúe a las necesidades de la Región y qué beneficios se puede sacar del mismo, la Consejería ha puesto en marcha un plan piloto en varios ayuntamientos: en barrios de grandes ciudades y en municipios más rurales. «Seguro que saldrán modelos diferentes», apunta Sánchez.

Para la valorización energética de los residuos, qué se puede reutilizar como combustibles y qué no, que es «la gran asignatura pendiente», el Plan ha tenido en cuenta que, del 100 por cien de los que se producen, el 30 por ciento es fácilmente reciclable; otro 30% es difícilmente reciclable; y el 40 por ciento restante es materia orgánica. Con la recogida selectiva se atiende al 40% y las plantas de RSU se hacen cargo de un 30%. «Con el resto no sabemos qué hacer, y con el plan pretendemos comprobar si pueden derivarse a plantas de valorización energética; y qué tipo de plantas serían: si para producir calor o combustible», comenta Sánchez, y añade que «es complicado».

Recogida selectiva

La Consejería no considera necesario construir ninguna planta pública más, ya que las cuatro actuales -ubicadas en Murcia, Lorca, Cartagena y Ulea- tienen capacidad suficiente para el tratamiento del reciclaje.

Tanto el vidrio como el papel, una vez que son recogidos de los contenedores, se trasladan directamente a las empresas que los reciclan, como Ecovidrio en el caso del cristal -cuya planta está en Albacete-. En ambos casos no hay prácticamente residuos de rechazo; se recicla el 100%.

La estrategia del Plan en este apartado es incrementar la recogida selectiva mejorando los sistemas municipales, pues aún queda margen de maniobra (llegar hasta 11 kilos por habitante y año en el caso del plástico, latas y briks; y en papel, superar los 14 kilos). En el caso del cristal, el objetivo es poner en marcha la recogida puerta a puerta, sobre todo en el sector de la Hostelería, donde aún hay margen de mejora.

Generadores de empleo

La directora general de Calidad y Evaluación Ambiental, Encarna Molina, destaca un dato, que, dice, no siempre se tiene en cuenta al hablar de reciclaje: la generación de empleo. «En las plantas hay empleados que tal vez no encontrarían trabajo en otros sitios». Indica que en la Región de Murcia hay 110 empresas que trabajan gestionando, recuperando estos recursos, y cuyos resultados revierten en la sociedad.