La sede de Marimar Obras, en la carretera de La Ñora, en Murcia, permanece esos días sin movimiento alguno. En su interior, cada uno de los vehículos luce el precinto policial que colocaron las investigaciones. La compañía se encargaba de administrar las obras inexistentes entre otras subcontratas y era administrada por Jaime Ortín, quien a su vez, es también administrador de otra constructora, Canroda, la cual facturó también trabajos a Adif. El nombre de Marimar no aparece en ningún lugar de las instalaciones. Sí en cambio el de Canroda, en el pequeño buzón situado a la puerta.