Peligros Hernández, vecina de Murcia, vive sola a la orilla de la Plaza Circular desde hace más de 15 años. El principal motivo por el que convive sin compañía en casa es el divorcio con su exmarido, pero Peligros -o ´Mima´, como prefiere que le llamen-, afirma que su forma de vida la ha elegido ella misma y «ha sido una decisión acertada».

Peligros está encantada y asegura que desde que vive sola se ha quedado «en la gloria» y se ha quitado un gran peso de encima, porque con las tareas del hogar se apaña perfectamente sin ayuda. Está a punto de cumplir 80 años y cree que lo celebrará con un gran viaje acompañada de sus cuatro hijos y de todos sus nietos, a los que reconoce tener terminantemente prohibido que le llamen ´abuela´: «Cuando me dicen abuela me siento mayor y ya les he dicho que yo me considero una persona muy joven».

Una vida de lo más juvenil

Sale de cervezas con sus amigas más de dos veces por semana y hace gimnasia todas las mañanas después de desayunar. Cuando se va de compras, le pide consejo a su nieta e, incluso, tiene grandes conocimientos de la snuevas tecnologías: «Me gusta jugar al solitario en el ordenador. Además, me comunico por WhatsApp, soy muy moderna». Pero Peligros también mantiene las tradiciones. Siempre guarda un momento del día para visitar a su virgen: la Virgen de los Peligros. Todos los días se pasea hasta el Malecón para cambiarle las flores, dar las gracias otro día más y pedirle por los suyos. «Esto es algo muy importante para mí».

Peligros asegura que hasta ahora no tiene ningún tipo de condolencias fisiológicas y, aunque se siente muy joven, cuando se mira al espejo ve reflejado en ella sus casi ochenta años: «Cuando me pasa, evito mirarme al espejo y solucionado. Mi nuevo peinado me ha quitado algún año de encima».

Peligros no se ha sentido sola nunca y mucho menos ahora, dice. Sus hijos le han regalado un perro y, para ella, «la soledad no existe». «O por lo menos para mí -matiza-. Tengo a mis amigas y a mis hijos que me acompañan siempre».