Cultivar 'en verde' significa que los agricultores no utilizan productos químicos de síntesis y procuran un desarrollo agrario y ganadero sostenible. A la agricultura ecológica actualmente se dedican 2.327 productores, que cultivan unas 60.000 hectáreas, el 95% de las cuales son de secano y están en las zonas más desfavorecidas de la Región. Unas cifras, facilitadas por el Consejo de Agricultura Ecológica de la Región, Caerm, que sitúan a Murcia a la cabeza de la producción ecológica en España.

Las organizaciones agrarias y las cooperativas han elevado la voz de alarma: este sector está abocado a desaparecer si la consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente no incrementa la línea de ayudas recogida en el Plan de Desarrollo Rural. Murcia sólo destina 27 millones de euros para los próximos cinco años a este programa, frente a los 82 que le adjudicó en el anterior quinquenio del PDR. Es decir, casi tres veces menos.

Estas cifras contrastan, por ejemplo, con las que maneja Andalucía, donde el gobierno regional ha destinado más de 200 millones (un 27% más que en el periodo anterior).

Según los cálculos del sector, sólo uno de cada cuatro solicitudes -en torno a 750/800- podrá acceder a las subvenciones, ya que las organizaciones agriarias calculan que algo más de 3.000 agricultores han presentado sus proyectos, tanto para comenzar la práctica de esta agricultura como para mantener las explotaciones en marcha.

El secretario de Agricultura de Upa, Antonio Moreno, se queja de que en el PDR se hayan incluído partidas para el cuidado de los bosques, que casi llegan a los 40 millones de euros, unos fondos que le restan presupuesto a las líneas agrícolas.

Además, en el apartado de mantenimiento de las explotaciones, el plan de la Región ha reducido esta ayuda a tres años, en lugar de los cinco que se han tenido hasta ahora. «Esto sólo ocurre en la comunidad murciana», lamenta el presidente de Coato, José Luis Hernández Costa, la mayor cooperativa de producción ecológica de España y Europa.

«No entendemos cómo han hecho este recorte, puesto que es un tipo de agricultura que ha ido creciendo con los años», insiste.

Además de los indudables beneficios que estas prácticas tienen allí donde se llevan a cabo de fijar la población en zonas rurales e incluso de lucha contra la desertificación, Hernández Costa destaca un aspecto poco o nada tenido en cuenta hasta ahora: los beneficios medioambientales al restar una importante cantidad de emisiones de efecto invernadero.

«Somos un sumidero, puesto que no sólo no producimos CO2, al contrario que la agricultura tradicional, sino que ayudamos a que éste desaparezca», subraya el cooperativista, añadiendo que este tipo de producción duplica las emisiones favorables al medio ambiente.

En un intento de hacer presión ante la administración regional para que se amplíen las ayudas, medio millar de productores se reunirán mañana en Murcia.