El ictus es una problema de salud que afecta, sobre todo, a personas mayores de 55 años. Sin embargo, cada vez es más común escuchar cómo hombres y mujeres jóvenes sufren esta enfermedad cardiovascultar. Alteraciones congénitas desconocidas suele ser una causa, aunque por el momento no hay una explicación clara a este fenómeno.

Los neurólogos repiten una y otra vez que lo más importante para evitar secuelas irreversibles cuando ocurre un ictus es actuar rápido. ¿Qué se puede hacer para mejorar el tiempo de respuesta?

Conocer los síntomas y llamar al 112 en cuanto se aprecien. A veces hay quien nota algo y como no es grave ni siquiera va al hospital, pero hay que ir. Los servicios de emergencias ponen en marcha el Código Ictus. En estas circunstancias lo que decimos es «el tiempo es cerebro» porque cada minuto que pasa desde que se produce el ictus hasta que se puede poner en tratamiento a la persona se pierden unas 10.000 neuronas. De actuar pronto depende que una persona pueda recuperar su movimiento funcional y seguir siendo autónomo o no.

Mayores de 55, diabéticos, hipertensos, personas con colesterol, fumadores... todos ellos están en los grupos de riesgo. Sin embargo la sensación es que cada vez el ictus afecta a personas más jóvenes.

Sí, es cierto que cada vez se producen más ictus en jóvenes sin factores de riesgo. Son pocos casos, pero van en aumento.

¿Hay alguna explicación?

Muchos están relacionados con alteraciones congénitas que no se detectan o arritmias, entre otras cosas. Algunos estudios sí que vincularon la ingesta de tóxicos como la cocaína en ictus en personas jóvenes. Y también hay que tener en cuenta que hay personas de 35 años, obesas e hipertensas, por ejemplo.

El 40% de las personas no consigue recuperarse. ¿La rehabilitación no lo puede todo?

La cifra es alta porque incluye a las personas muy mayores que ya no pueden someterse a las exigencias de una rehabilitación exigente. El primer año es fundamental y se puede ganar mucho, dependiendo del daño inicial.

¿Qué papel tiene el estado de ánimo? ¿son frecuentes las depresiones tras un ictus?

Sí, prácticamente son un denominador común en todos los que sufren un ictus. Los neurólogos también nos interesamos por eso porque no se puede hacer una buena rehabilitación estando mal. Y ese estado es normal, la persona, aunque haya quedado bien, se siente marcada y observada porque tuvo un ictus.