La tubería que conectará la desaladora de Águilas con las comunidades de regantes de Lorca y Totana -que se prevé estará operativa a finales de año- sólo llevará agua al 30 por ciento del territorio que va a cubrir, y el 70% restante tendrá que esperar al menos un año más para recibir esos recursos.

El director de la obra, a su vez jefe de servicio de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), Juan Antonio Cánovas, explicó que con la tubería -que tiene una longitud de 26 kilómetros- sólo es posible hacer llegar el agua al 30 por ciento del terreno regable, mientras que el resto necesita de 3 impulsiones.

Estas tres propulsiones, que han sido incorporadas a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2016, deben distribuir los recursos al 70 por ciento restante del territorio -parte de Lorca y la totalidad de los regantes de Totana-. De otra manera, el agua no tendría suficiente presión para atender los riegos por goteo.

La primera propulsión saldrá de la toma 10 de la tubería, práctimante al inicio de la obra. La segunda entre las tomas 18 y 19, dos tercio más arriba del inicio; y, la última en la toma 23, prácticamente al final de los 26 kilómetros de tubería.

Cánovas calculó que «podría pasar más de un año» para que las obras de estas conducciones adicionales estuvieran operativas, y eso teniendo en cuenta que han sido declaradas de emergencia.

Esta conducción pretende ser un punto de suministro alternativo de caudales a los del trasvase Tajo-Segura.

En la actualidad se está ejecutando la conducción que conecta la infraestructura de distribución existente del agua de la desaladora de Águilas, que llega hasta la balsa del Cerro Colorao, en la sierra de la Almenara, hasta los puntos de conexión con los diversos sectores de la zona regable del Guadalentín. Esta actuación forma parte del primer conjunto de acciones desarrolladas al amparo del Real Decreto de sequía 356/2015.

De modo adicional a esta acción, se han contemplado los ramales y derivaciones que permitirán conectar la arteria principal de distribución con los sistemas hidráulicos de riego de los diversos sectores de la zona regable, propulsiones que son objeto de la enmienda señalada a los PGE.

Estas actuaciones contemplan en cada caso la ejecución de una conducción de impulsión de diámetro 1000 mm y longitud variable y la posterior conexión con las conducciones de distribución de los sectores de riego.

El director técnico de la CHS explicó que esta tubería forma parte de un macroproyecto del ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, cuya intención última sería crear un 'banco de agua desalada' conectando las tres plantas desaladoras de su propiedad: Águilas, Valdelentisco y Torrevieja. Esto permitiría suministrar de agua desalada a toda la zona regable del Trasvase Tajo-Segura, si bien reconoció que no podría ser una alternativa a los recursos de la cabecera del Tajo, porque «es un agua mucho más cara», concluyó Cánovas.