Con motivo del Día Nacional del Ictus, celebrado ayer, 29 de octubre, le comenté a unos amigos no sanitarios que me preguntasen qué aspectos de esta enfermedad les podían interesar, sabiendo de su interés, ya que se acercan a la edad peligrosa (75 % de los ictus ocurren en mayores de 65 años). Éstas fueron las preguntas que me hicieron: ¿cuáles son los síntomas?, ¿dónde deben ir si tienen un ictus?, ¿deben olvidarse si los síntomas desparecen en unos minutos?, ¿es cierto que ahora existen tratamientos milagrosos que curan el ictus?, ¿se pueden recuperar las secuelas? Y por último la que más me inquietó ¿económicamente podemos mantener y mejorar el Código Ictus regional?

Voy a intentar responder a estas y otras cuestiones. El ictus es un trastorno brusco del riego sanguíneo cerebral que altera la función de una determinada región del encéfalo. Constituye un gran problema de salud en los países occidentales, siendo la segunda causa de muerte y de demencia y la primera de discapacidad en el adulto; pese al control cada vez mejor de los factores de riesgo vascular (hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes, cardiopatías, colesterol alto, etc.), el aumento progresivo de la edad poblacional hace que sus cifras de incidencia se mantengan estables, ocasionando un gasto sanitario entre el 3% y el 6%.

Pese a la complejidad del cerebro humano, sus síntomas son fáciles de recordar y debemos saberlos: alteración del lenguaje, desviación de la boca con dificultad para hablar y parálisis de medio cuerpo son los más frecuentes. Ante la presentación brusca, en cuestión de minutos, de alguno de estos síntomas, hay que avisar con urgencia al 112 para que la atención rápida del personal sanitario extrahospitalario, de acuerdo con el neurólogo de guardia hospitalario, pueda activar,si procede, el Código Ictus; que es el modelo organizativo de asistencia al ictus para diagnosticar y tratar lo más rápido posible al paciente, y disminuir la zona del cerebro destruida por la falta de riego y así reducir la mortalidad y las secuelas. Esto se consigue con la administración por via venosa o de modo mecánico de un tratamiento que restaura el riego sanguíneo en la zona del cerebro que no lo tiene. En los casos que esto no es posible, mediante el tratamiento urgente de los parámetros que pueden agravar los síntomas, como la tensión alta o baja, el nivel de azúcar, la fiebre, la falta de oxigeno, etc. Lo más conveniente es realizar esta actividad en un espacio definido para ello que es la Unidad de Ictus. Uno de los principales avances de la medicina clínica en la última década ha sido la demostración de que la atención en una unidad específica para ello, mejora notablemente la evolución del os enfermos.

Afortunadamente, gracias al apoyo de la Administración sanitaria y al complejo engranaje de un extenso grupo de profesionales sanitarios, contamos con una organización de la asistencia al ictus modélica. Sin embargo debemos acelerar el desarrollo de los planes asistenciales, para permitir el acceso en igualdad de condiciones, a todos los pacientes candidatos, independientemente de la localización geográfica o de la hora en que se produzca el ictus. Durante el año que termina, hemos puesto nuestro mayor interés en reducir los tiempos necesarios para asistir de forma precoz a los enfermos, de tal manera que hemos conseguido trombolisar (que así se llama el tratamiento agudo) un buen número de pacientes, estando a la cabeza de los diferentes equipos de nuestro país.

Nos queda sin embargo, y en eso vamos a trabajar el año próximo, mejorar la última parte de la asistencia al ictus, que es la continuidad del tratamiento y la neurorehabilitación, para disminuir las secuelas (recordad que a los 6 meses, el 40% de los pacientes están incapacitados para realizar las actividades cotidianas), la implementación al 100% de los enfermos, de la prevención secundaria para evitar que repita y la atención sociosanitaria, aspecto difícil por sus grandes demandas económicas.

Por último, considerando que en la Región de Murcia disponemos de dos Unidades de ictus, para un total de 57 en todo el país, sería magnífico que a corto plazo dispusiéramos de una tercera unidad, para entre otras cosas y no la más importante, poder contestar de modo positivo a la última pregunta de mis amigos.